La entidad local emitió un comunicado en el cual afirma que esa medida ya se utilizò en el pasado con resultados negativos para la producción, y pidió un paquete de medidas como reducción impositiva, tipo de cambio unificado y alto y una reforma laboral como políticas de Estado, a la par que cuestiona los desequilibrios de las cadenas de valor locales
El programa Apuntes y Resumen dialogó con la presidente de la Sociedad Rural de Rosario, Soledad Aramendi, en torno al posicionamiento de la entidad sobre una decisión del Gobierno nacional ante la escalada de precios, que no terminan de acomodarse al dogma de la libertad de mercado pese a las desregulaciones económicas profundas que se instrumentaron.
La titular de la SRA fue enfática en señalar que abrir las importaciones ante la suba de precios es una práctica que ya se ha utilizado en el país en diferentes épocas y “no es una solución”.
Sobre los precios en góndolas, Aramendi expuso lo que la entidad conversó, entre otros, con productores de cerdo. La conclusión es que hay un desequilibrio en la cadena de valor que adjudicó a decisiones de los últimos eslabones, como por ejemplo los supermercados: ante la caída en el consumo de cortes vacunos por su encarecimiento, dijo al respecto, las grandes bocas de expendio fijan el precio del cerdo apenas un poco por debajo, cuando en verdad deberían estar a la mitad segùn lo que le pagan al productor.
Hay, dijo una excesiva distancia de precios entre el productor y el consumidor fruto de una manipulación de precios que no remite a condiciones del mercado.
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A la importación como medida para bajar los precios, Aramendi contrapuso otro esquema, que pasa en su visión y la de la SRA por una unificación de los tipos de cambio y en la fijación de uno alto, aunque prefirió no mencionar el término devaluación, para proteger la producción nacional. Otro punto necesario, siguió, es el cambio en el sistema tributario para reducir la carga impositiva: ese componente, considerando tanto el orden municipal, provincial y nacional, oscila entre un 40 y un 50% en la Argentina.
La solución no pasa por la importación sino por un tipo de cambio alto, reducción del déficit fiscal, la menor carga tributaria y una reforma laboral, insistió la referente de la SRA. Y volviò sobre los anuncios oficiales: en estas condiciones del país, la competencia con productos importados es desleal y su consecuencia será una seguidilla de quiebras de empresas y mayor desocupación.
Aramendi pidió superar las decisiones coyunturales, pensar un país organizado con reglas claras y previsibilidad donde puedan desenvolverse las economías de todas las escalas. Y eso, sostuvo, lo tiene que hacer el Gobierno mediante leyes que ordenen la actividad en todos sus órdenes.
En definitiva, dijo tras poner como ejemplo países como Brasil, construir una política de Estado que trascienda los colores políticos y que permita procesos de una duración que excede los tiempos de una gestión presidencial.