Eugenio Zaffaroni, ex ministro del Máximo Tribunal de Justicia de la Nación fue muy crítico con la decisión de Javier Milei de incorporar a dos magistrados por decreto en diálogo con Apuntes y Resumen. “No me gustaría estar en los zapatos de los cortesanos”, dijo y afirmó que “es causal de juicio político al presidente”.
La Oficina del Presidente Javier Milei anunció este martes la designación en comisión de los jueces Manuel García-Mansilla y Ariel Lijo como ministros de la Corte Suprema de Justicia de la Nación por parte del Poder Ejecutivo.
“Es algo inédito en nuestra historia, una situación sin precedentes” fuero las primeras palabras del Doctor Raúl Zaffaroni, ex ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, a Radio UNR y recuerda que “Macri lo quiso hacer pero no lo hizo” e insiste con que “la designación de jueces de la Corte Suprema sin acuerdo del senado comenzó con el Golpe de Estado de 1955 y solo en los gobiernos de facto”.
Para Zaffaroni “la constitución de 1994 al exigir los dos tercios del Senado impuso que esto es una negociación política; está claro que se impone una negociación y no que un presidente mande los pliegos y si no ocurre los ponga por decreto”.
El ex ministro del máximo tribunal desde 2006 a 2014 plantea una serie de problemas como es “ejercer la función de la Corte sin el nombramiento regular. Esto es un delito de usurpación de funciones que se encuadra en el Código Penal y es un delito permanente y no instantáneo. Es decir que se continúa cometiendo mientras que el sujeto ejerce la función usurpada”.
En este sentido Zaffaroni es contundente al afirmar que la Corte Suprema tiene dos caminos: tomarles juramento y firmar sentencias con ellos, de esta manera serían participes de este delito de usurpación de funciones o no tomarles juramento y de esta manera enfrentar al Poder Ejecutivo. Por lo que no quisiera estar en los zapatos de los jueces de la Corte Suprema hoy”.
Al mismo tiempo señala que si le toman juramento “generan un daño a futuro porque las sentencias que van a tomar estos jueces serán cuestionadas toda la vida”.
Para el ex cortesano el gobierno nacional con esta decisión quiere “sacar la atención del asunto de la Bitcoin y generar una atracción distinta, como con lo de privatizar el Banco Nación”.
De todas maneras consideró que “es una causal de juicio político como lo de las criptomonedas porque el presidente no puede recomendar un negocio, es causal de mal desempeño de funciones públicas, hay una incompatibilidad. De hecho el presidente está haciendo cosas de serios motivos de juicio político”.
COMO SIGUE. “El Congreso puede rechazar expresamente los pliegos. Hay que ver si el Senado está a la altura de esta situación con mayoría simple y porque es una cuestión que no requiere el 75% de la Cámara, como sí cuando hay que nombrarlos”, dijo Zaffaroni.
GOBIERNO SIN DIÁLOGO
Zaffaroni expresó que “el gobierno no dialoga y no hay conversación política con un poder ejecutivo que debido a la hipertrofia de su personalidad piensa que es un ataque personal y responde con insultos y violencia”.
Al mismo tiempo se pregunta “qué pasa con el silencio de nuestra política, sin lugar a dudas estamos en una profunda crisis política que genera una anomia y una situación de desconcierto y sin dudas llegará un momento crítico y algo convocará de nuevo al reforzamiento del sentimiento de comunidad que es a lo que ataca esto”.
El ex juez de la Corte Suprema fue muy crítico con el Poder Judicial. “No tenemos un poder judicial, tenemos una magistratura”.
En este sentido afirma que “está en peligro la Republica con un Poder Ejecutivo que hace estas cosas y no tiene predisposición democrática con una vocación autoritaria, un Poder Legislativo pulverizado y un Poder Judicial en donde unas pocas personas asumieron funciones claves y una Corte Suprema con solo tres integrantes que únicamente existe en Argentina”.
DÓLAR CLAVE. “La clave en este gobierno es lo que pase con el dólar. Hoy hacen un gran esfuerzo para tenerlo planchado. Si se dispara el dólar, se dispara la inflación y allí se le va todo el mérito al gobierno” y afirma: “Se puede estar gobernado por un delincuente o por un tonto, ninguna de las dos cosas es buena para un primer mandatario de un país”.