A propuesta de los bloques opositores de la Cámara baja, se convocó esta semana a referentes orgánicos de la sociedad para que expresen opinión sobre el megaproyecto enviado por el Ejecutivo. El oficialismo cursó invitaciones a organizaciones formadas horas antes, sin representatividad, que respaldan desde lo ideológico los instrumentos propuestos
El diputado nacional de Unión por la Patria Eduardo Toniolli describió cómo será a lo largo de esta semana la discusión en el plenario de tres comisiones de la Cámara baja en torno a la iniciativa oficial conocida como “Bases…”.
El santafesino, en diálogo con el programa Apuntes y Resumen, recordó que la semana pasada no concurrieron todos los funcionarios que debían contestar preguntas sobre la ley ómnibus, y que esta semana esperan a otros. La novedad en esta segunda etapa, repasó, es que a pedido del bloque de Unión por la Patria, participarán sectores de la sociedad civil que se consideran afectados tanto por el mega proyecto de ley como por el DNU, o bien que quieran expresar su apoyo a esas dos iniciativas.
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Y acá, siguió, se cuela la estrategia de la administración libertaria. En esa primera parte de la segunda fase del debate “se vio una profusión de asociaciones fantasma”, inventadas recientemente por impulso, entienden desde la oposición, del Gobierno nacional. “Pero son las reglas del juego”, concedió el diputado: algunas invitaciones son de los bloques de la oposición y otras del oficalista y sus aliados.
No obstante, agregó, la mayoría de las organizaciones propuestas por el oficialismo no tienen representatividad real ni en el mundo empresario, el laboral o cualquier otro segmento de la sociedad. En general, se trata de asociaciones creadas en los últimos días que plantean el apoyo a los instrumentos girados por el Ejecutivo desde una mirada ideológica, señaló. Una de ellas, con amplia repercusión, fue la que se adjudica representación de unas dos mil pymes, sin historia y con firmas inexistentes. Lo que avalan, continuó, es el trasfondo de las propuestas: un retorno al país del siglo XIX. Algo que, recordó, explícitamente admitió como objetivo el presidente Javier Milei al argumentar que la “decadencia” nacional empezó cuando el país avanzó más allá de la Constitución liberal de 1853, gestada, por su parte, en un país –y un mundo– radicalmente distinto al contemporáneo, bajo un modelo socioeconómico agrario, primario, con derechos sociales entonces no admitidos como tales.
En cuanto a la dinámica de lso debates, Toniolli remitió su nivel de turbulencia y dificultad para argumentar en el marco del plenario de comisiones a la imposición, por parte del oficialismo, de presidentes de comisiones con propensión a las provocasiones, como José Luis Espert (Presupuesto y Hacienda) y Fernando Iglesias (Relaciones Exteriores y Culto).
Respecto del fondo de la discusión, el diputado de Unión por la Patria recordó una de las confesiones oficiales: la de absorber el Fondo de Garantía de Sustentabilidad, que sostiene el sistema previsional ante las crisis y da estabilidad intergeneracional para el pago de haberes jubilatorios. Otro aspecto riesgoso, siguió, es el de las 41 empresas públicas que se pretenden privatizar, que en algunos casos superavitarias, con lo que el arguemento fiscalista no se sostiene. Otras, en cambio, tienen un valor que remite a lo social.
Un ítem del megaproyecto de peligro supremo, contra el mismo sistema democrático constitucional, agregó el santadfesino, es la transferencia al Ejecutivo de unas 12 funciones legislativas en materia fiscal, económica, administrativa, de seguridad, de defensa, social. Todo lo que sigue en la ley ómnibus, si se aprueban esos puntos, advirtió, es irrelevante ante esa suma del poder público concedida. “Es un intento de reforma radical” de tintes mesiánicos, calificó.