El analista de temas internacionales de La Marca de la Almohada Pablo Bilsky habló sobre el rechazo el último domingo de la ciudadanía chilena a la Constitución de la ultraderecha
El último domingo la ciudadanía de Chile rechazó la Constitución que proponía la ultraderecha, con el 55,7% de los votos. Se trató de la segunda propuesta votada negativamente en dos años, ya que en septiembre de 2022 hubo otro plebiscito en el que el 71% de la población le bajó el pulgar a otro texto constitucional de tinte progresista. El analista de temas internacionales de La Marca de la Almohada, Pablo Bilsky, habló sobre el tema en los micrófonos de Radio Universidad.
“Lo que se votó el domingo fue un texto redactado fundamentalmente por el partido republicano de José Antonio Kast, que fue quien tuvo más votos y más representantes en el consejo constitucional. No fue la mismo que la asamblea del primer texto, fue mucho menos abierto y menos democrático, con menos lugar para las mujeres, los pueblos originarios, los movimientos sociales. Lo que salió de allí y el pueblo rechazó fue una Constitución que para muchos era peor que la de Pinochet”, relató.
Sobre este punto, Bislky recordó el hito de que “alguien que es tan moderada como Michelle Bachelet dijo que había que elegir entre lo horrible y lo malo, puesto que esta de Kast era peor que la mala de Pinochet, sancionada en 1980 en plena dictadura militar, que queda vigente y que ya fue enmendada en 31 ocasiones. Por eso uno de los análisis es que Chile no pude redactar aún una Constitución en democracia”, resaltó.
En el análisis del especialista, “para el votante y la votante de Chile evidentemente las dos propuestas, de Boric y Kast, eran demasiado extremas. Pero se quedaron con algo que es fruto de una de una dictadura. Ahora, además de otro texto constitucional, lo que estaba en juego era otra cosa. Algunos detractores decían que fue un fracaso de la plataforma de gobierno de Kast. Si lograban que pasara esta Constitución tan a la derecha, tan regresiva y tan antiderechos, era el puntapié inicial de su campaña presidencial para noviembre de 2025”, subrayó.
En cuanto a cómo queda parado Boric en este panorama, repasó que “dijo que cierra este capítulo, y que el país seguirá con la Constitución vigente, porque luego de dos propuestas ninguna logró representar ni unir a Chile en su hermosa diversidad. Una manera muy romántica decir que allí como en todos los países del mundo hay profundísimas grietas que son muy difíciles de zanjar”.
En ese sentido, marcó que el presidente trasandino “dejará de lado la cuestión constitucional e irá por otros objetivos, sobre todo la reforma fiscal y ver qué puede hacer con el sistema de jubilaciones privado”.