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APUR: “El 60% de los trabajadores universitarios está por debajo de la línea de pobreza”

Los gremios universitarios de Rosario realizarán paros y una clase pública en rechazo al veto de la Ley de Financiamiento Universitario y la falta de aumentos salariales en el presupuesto 2025. Sergio Acuña, secretario de prensa de Apur, manifestó que los trabajadores más afectados ganan menos de la mitad de lo que cuesta una canasta básica

Los gremios docentes y no docentes de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) se preparan para una semana de movilizaciones bajo la consigna “No al veto e implementación de la Ley de Financiamiento Universitario ya”. En este contexto, el gremio no docente Apur anunció un paro de 24 horas para el jueves 26 de septiembre, mientras que los docentes agrupados en Coad realizarán una huelga de 48 horas los días 26 y 27. Ambas medidas coincidirán con una clase pública a las 13 horas en la Plaza Pringles, organizada en conjunto con la Federación Universitaria de Rosario (FUR).

Sergio Acuña, secretario de prensa de Apur, dialogó con La Marca de la Almohada y explicó los motivos del paro: “Estaremos parando como trabajadores no docentes el próximo jueves, sin asistencia a los lugares de trabajo, con guardias mínimas en las áreas de Salud”, sostuvo, destacando la gravedad de la situación que atraviesa el sector. Según Acuña, la jornada de protesta busca visibilizar ante la sociedad la importancia de la Ley de Financiamiento Universitario y sus implicancias para la estabilidad de los trabajadores y las universidades.

Acuña detalló que uno de los principales motivos del reclamo es la pérdida salarial que han sufrido los trabajadores universitarios desde la asunción del gobierno de Javier Milei: “Nos quitó la garantía salarial que marcaba que ningún trabajador de las categorías más bajas podía estar por debajo de la línea de pobreza”, explicó. El ajuste en los salarios, combinado con la inflación y la devaluación, generó una situación crítica para el personal de las universidades, que día a día ve cómo su poder adquisitivo se reduce drásticamente.

El secretario de prensa del gremio nodocente también denunció que las negociaciones paritarias fueron impuestas por el gobierno, sin margen para una discusión abierta y justa. “Las paritarias fueron impuestas, no hubo paritaria libre y en este recorrido tenemos una pérdida del 55 por ciento en nuestros salarios”, afirmó Acuña. En ese sentido sostuvo que la situación es insostenible: un trabajador de la categoría más baja en la universidad gana 476 mil pesos, mientras que el costo de la canasta básica, según datos oficiales, alcanza los 939 mil pesos. “El 60% de los compañeros está por debajo de la línea de pobreza”, enfatizó.

Otro de los aspectos críticos mencionados por Acuña fue la falta de previsión en el presupuesto 2025 para mejoras salariales en el sector universitario. De acuerdo con el secretario de prensa, el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) ya había advertido que el proyecto presupuestario del próximo año no incluye aumentos para docentes y no docentes. “Con lo que plantea el presupuesto, el próximo año las universidades no van a poder funcionar”, advirtió, subrayando que el financiamiento actual es insuficiente para sostener las actividades básicas de las 61 universidades nacionales del país.

“La aprobación del financiamiento viene a resolver los problemas salariales de los trabajadores universitarios, como también los problemas de financiación que padece el conjunto de las universidades nacionales”, explicó Acuña. La movilización conjunta de docentes, no docentes y estudiantes busca ejercer presión sobre el Gobierno para que no vete la Ley de Financiamiento Universitario y, al mismo tiempo, modifique el presupuesto 2025 para garantizar las condiciones mínimas para el funcionamiento del sistema.

Los gremios universitarios coinciden en que la situación es crítica y que el gobierno nacional debe asumir la responsabilidad política de garantizar un financiamiento adecuado para la educación superior. “El gobierno tiene que tomar la decisión política de financiar y de pensar a la educación más como una inversión y no como un gasto”, concluyó Acuña.