• Tiempo de lectura:5 minutos de lectura

Claudio Lozano juzgó imprescindible un programa popular anti inflacionario y cancelar el acuerdo con el FMI

El economista y referente de Unidad Popular dentro del FdT interpretó que las políticas del gobierno nacional fracasaron, y hay que cambiar el rumbo. Se aceptaron, dijo, las presiones especulativas y se descuidó el superávit comercial acumulado

Con la disparada en la cotización del dólar ilegal y la consecuencia análoga en los precios internos como último capítulo de una serie que impacta sobre todo en los bolsillos de los sectores populares, Claudio Lozano, ex director del Banco Nación durante la actual gestión del presidente Alberto Fernández, fue tajante respecto al fracaso del Frente de Todos en el gobierno. Consultado por Apuntes y Resumen, afirmó que se alejó de los compromisos asumidos en las elecciones de 2019 y de prometer terminar con el ajuste neoliberal, pasó a transformarse en una variante del ajuste.

Sobre las causas de la escalada de cotizaciones de la divisa estadounidense, sobre todo de la ilegal o blue, y también de las financieras, Lozano diferenció las coyunturales y las de fondo. Así, repasó las declaraciones de políticos de la oposición sobre unificación del mercado cambiario, dolarización, reperfilamiento de la deuda, y las maniobras económicas para capturar ganancias en medio del revuelo como habilitadores de niveles de incertidumbre que invitan a inversores en pesos a presionar en busca de posicionarse en dólares. Y todo, en un contexto donde las divisas en poder del Estado argentino son excasas y con ello su poder de maniobra.

El economista, sin embargo, hizo hincapié en que lo que se vive estos días pone en evidencia la razón principal, que es “el fracaso de la estrategia oficial” que describió como de subordinación a las directivas del Fondo Monetario Internacional (FMI) y la validación permanente de las presiones especulativas de “los dueños de las divisas y de la soja”.

Para Lozano, las anteriores son “las dos claves de la etapa (del ministro de Economía, Sergio) Massa”. La sequía agravò el panorama, aceptó, pero la dificultad para sumar a las reservas los 4500 millones de dólares que el gobierno estimaba recaudar con la tentación de un dólar diferenciado en su tercera etapa, dijo, no está fundada en lo climático, sino en la reticencia de los grandes jugadores de la agroindustria para liberar el producto de las ventas externas desde el dólar soja I y II. “Es el resultado de ceder y premiar esas maniobras especulativas“, resumió el referente de Unidad Popular.

Respecto de la otra sequía, la de divisas, Lozano recordó que “entre el comienzo del gobierno de Alberto Fernández y abril del año pasado, hubo una acumulación por los saldos del comercio exterior de unos 32 mil millones de dólares. Pero esa balanza comercial favorable no fue administrada con prudencia y en función de los intereses nacionales. Se dilapidaron al mantener los pagos a los acreedores externos mientras se daban las negociaciones con el FMI y los privados”.

En esa misma lìnea de error, mencionó la habilitación a grandes grupos empresarios para el pago de deudas que en algunos casos eran existentes, pero en muchos, apenas dibujos porque se trataba de prèstamos entre firmas del mismo conglomerado. Y en gran medida, abundó, se le vendieron dólares baratos a firmas que habían fugado divisas durante la gestión de Mauricio Macri y contaban con ellas, pero fuera del sistema financiero nacional.

La suma de esas decisiones, siguió el economista, derivó en el vaciamiento de las reservas del Banco Central, lo que se traduce en debilidad para gestionar las políticas económicas en general, y las cambiarias en particular. “En lugar de penalizar los comportamientos especulativos, insistió, se premian con cotizaciones preferenciales”, redondeó Lozano: “Se los debiera haber disciplinado”.

Oportunidad perdida y lo que aún hay que hacer

La oportunidad perdida, evaluó, fue en la salida de Martín Guzmán del Gabinete. Allí, interpretó, el Gobierno debió correrse del acuerdo con el FMI, que implica un shock inflacionario por sus exigencias de ajuste en el valor del dólar, aumento en las tasas de interés e incremento de las tarifas de servicios públicos.

Lo que queda por delante, según Lozano, es una batería de decisiones contundentes, que enumeró:

  • Cancelar el acuerdo y plantear una discusión diferente
  • Decretar una emergencia cambiaria que otorgue mayores potestades al Estado para intervenir
  • Poner en ejecución una ley penal cambiaria para penalizar los comportamientos especulativos
  • Un programa popular anti inflacionario que congele los precios y en poaralelo recomponga los ingresos de los trabajadores

Y, ya sobre las próximas elecciones, agregó, hay que “garantizar las condiciones políticas para que el pasado neoliberal no vuelva”.

Por último, el economista expresó asombro pro el fracas de la gestión de Alberto Fernández: “Es inentendible que no se haya podido avanzar en una redistribución de los ingresos, con una economía más grande que la que dejó Macri y sin embargo, hoy con más pobres”.