El objetivo de la moneda “Sur” es poder impulsar el intercambio comercial entre ambos países sin tener que usar dólares para ejecutar los pagos
El ministro de Economía argentino, Sergio Massa, confirmó que el proyecto de una moneda común entre Argentina y Brasil avanzará esta semana, el trabajo preparatorio podría ser anunciado este martes en la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
De todas formas, la misma no solo abarcaría a Argentina y Brasil, sino que se intentaría contar con la adhesión de otros países de la región. El objetivo es impulsar el comercio regional y reducir la dependencia del dólar estadounidense, explicó el ministro.
Nicolás Dvoskin, economista y politólogo, dialogó con La Marca de la Almohada y expresó que lo anunciado este lunes, “no es una moneda común” si no que se asemeja más a “iniciar conversaciones, con el fin de intentar un esquema de unidad de cuenta común que permita que el comercio bilateral entre Brasil y Argentina deje de hacerse en dólares”. Y añadió: “Esto apunta estrictamente a la escases de dólares en la región”.
En ese sentido el investigador llevó a cabo una fuerte diferenciación entre la posibilidad real de que la nueva moneda se concrete y en caso de ser así, si es lo que necesita la región. “Se puede pensar como un primer paso hacia una moneda común. La primera pregunta es si es factible en caso de que se logre, y la segunda si es deseable, es decir, sus ventajas y desventajas”, comentó.
En ese orden Dvoskin calificó como “más interesante” el interrogante si es deseable una moneda común entre Brasil y Argentina, siendo evidente que la factibilidad es una cuestión de largo plazo. “La unidad monetaria no termina siendo un remedio inmediato contra la inflación”, aseguró.
A diferencia de lo que sucede con el euro, en la Unión Europea, la moneda Sur se piensa en un principio como una herramienta para promover y facilitar el comercio bilateral entre Argentina y Brasil. Es decir, sería una moneda común, pero no única.
Ante ello, Dvoskin explicó: “Hay que pensar cómo va a ser el acceso de los actores privados a esa unidad. Para crear una moneda común hablamos de un proceso de convergencia que en el caso europeo llevó varias décadas y dónde los países que adhirieron al euro debieron cumplir ciertas metas”.
Y agregó: “Es imposible pensar en una moneda común a menos que Brasil pase a un régimen cambiario como el nuestro, lo cual no va a suceder. Si hubiera una tercera moneda circulando sería un problema también. Hoy por hoy, la macroeconomía argentina no permite ciertos arreglos porque terminarían siendo fugas hacia el dólar”.
En tanto Nicolás Dvoskin comentó: “El dólar es moneda mundial desde el final de la Segunda Guerra Mundial, antes era la libra esterlina. En 1944 están los que crean el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, instituciones que generan las bases para el dominio de esta moneda. En los últimos tiempos está empezando a cambiar eso lentamente. China está interviniendo con un swap con otros países. Que otros países empiecen a usar otras monedas es algo que a Estados Unidos claramente no le conviene”.
Y concluyó: “Está claro que esta medida a Estados Unidos no le gusta. Una moneda común sería algo difícil de plantear en términos de factibilidad y de deseabilidad”.