Luego de 4 postergaciones, se realizará el encuentro judicial en el mes de julio por el linchamiento que terminó con la vida del joven de 18 años, quien fue presunto ladrón de un bolso
El 22 de marzo de 2014 un chico de 18 años fue asesinado a golpes en una cortada del barrio Azcuénaga, zona oeste de Rosario. Se llamaba David Moreira, los vecinos de la zona lo habían acusado de robar un bolso junto a un cómplice que logró escapar. Una vez retenido le pegaron patadas en el cuerpo y la cabeza. Minutos después, se hizo presente un móvil policial en la escena, y el chico fue traslado al Hospital Clemente Álvarez, para fallecer 3 días después.
De los acusados identificados del linchamiento caracterizado por decenas de personas, solo fueron identificados tres: uno de ellos fue condenado en 2019 en un procedimiento abreviado y los otros dos irán a juicio oral en julio de este año. Siempre existió una excusa del contexto y el claro desinterés para promover la postergación del juicio.
En diálogo con La Marca de la Almohada, Norberto Olivares, abogado querellante en representación de la familia Moreira, indicó: “No hay interés político de la Justicia de Santa Fe en este caso. Es indudable que la causa no está dentro de ninguna prioridad y el clima político electoral va a agudizar las cosas”.
El doctor criticó el proceso y la atención con el caso, y explicó: “Indudablemente, pasados 9 años, uno tiene que hacer una revisión del proceso y darnos cuenta que no está en una agenda prioritaria. Esta carpeta judicial no está arriba de la pila, sino más bien ligada a una serie de peticiones que tenemos. Las condiciones del juicio desfavorecen a la madre y el padre de David”.
Como un problema de gravedad, remarcó que hay una “lectura política que complica el avance”. Y explayó: “Así como el cambio en la clasificación del juicio, que le está dando mano blanda al asunto, lo digo desde 2014 y lo sigo sosteniendo, este contexto es mucho peor con el año electoral. Aprovechan una situación estructural y morbosa para redoblar la faceta represiva, y eso es preocupante en la sociedad”.
En torno a las respuestas por parte de la sociedad ante la delincuencia, confirmó: “Estos métodos de resolución están en disputas, así como una gran parte rechaza esta forma de solucionar los delitos, mientras que otros consideran que la solución es matar entre varias a uno con patadas en la cabeza. El juicio para nosotros, más allá de nuestras visiones críticas, nos parece un espacio para re lanzar este debate y claramente oponernos a este tipo de salvajismo vecinal, por decirlo de alguna manera”.
En forma conclusiva, reflexionó: “La sacan muy barata, como estos muchachos que después del hecho amenazaron a medio mundo, que provocaron con un lenguaje reivindicador de los hechos. No existe crítica ni arrepentimiento de nada, es la generación de una subjetividad criminal absolutamente implantada sobre una sociedad que va con una mejor moralidad”.