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Una familia tipo necesitó más de un millón de pesos en noviembre para no ser pobre

El Indec informó que una familia tipo requirió $1.001.466 para no caer en la pobreza en noviembre, mientras que la línea de indigencia se ubicó en $439.240. La inflación mensual fue del 2,4%, registrando una desaceleración por tercer mes consecutivo, pero los incrementos en rubros como educación y vivienda mantuvieron la presión sobre los hogares argentinos

En noviembre, el costo de vida en Argentina siguió marcando cifras preocupantes para las familias. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), una familia tipo requirió ingresos de 1.001.466 pesos para no caer en la pobreza. Al mismo tiempo, la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que establece la línea de indigencia, demandó un ingreso de $439.240 para cubrir los costos mínimos de subsistencia.

La Canasta Básica Total (CBT), que incluye bienes y servicios esenciales como transporte, vestimenta, salud y educación, aumentó un 1,5% en noviembre. Por su parte, la CBA, centrada únicamente en alimentos, subió un 1,1% en el mismo período. Estas diferencias reflejan el impacto desigual que tienen los aumentos de precios en rubros como educación (5,1%) y transporte (3,4%), los cuales lideraron los incrementos mensuales.

En lo que va del año, la CBT acumula un aumento del 102%, mientras que la variación interanual alcanza el 156,5%. Por su parte, la CBA presenta una suba anual del 137,4%, con un acumulado del 82,5% en 2024.

La inflación mensual se desaceleró nuevamente en noviembre al marcar un 2,4%, por debajo del 2,7% de octubre, según el IPC del Indec. Este registro supone la tercera disminución consecutiva y coloca la variación interanual de precios en el 166%, con un acumulado del año que llegó al 112%.

El Ministerio de Economía celebró la tendencia de “desinflación”, destacando que la media móvil trimestral de inflación fue del 2,9% mensual, la más baja desde septiembre de 2020. Sin embargo, estas cifras no logran aliviar la presión sobre los hogares, especialmente ante el impacto sostenido de los servicios básicos y la educación.

Mientras que alimentos y bebidas, uno de los rubros más sensibles para los hogares, tuvo un incremento menor al promedio (0,9%), los mayores aumentos del mes se concentraron en educación y vivienda (que incluye agua, electricidad y gas).

En la región Pampeana y en la Patagonia, vivienda y servicios básicos lideraron los incrementos con un 4,5%. En el Gran Buenos Aires (GBA), la incidencia más alta fue transporte (3,4%), mientras que en el Noroeste se destacó el aumento en restaurantes y hoteles (3,6%).

Por otro lado, el Noreste del país registró subas importantes en prendas de vestir y calzado (1,9%), evidenciando que los aumentos de precios varían significativamente según la región.

Un adulto en noviembre necesitó $324.099 para no ser pobre, según el Indec, mientras que la línea de indigencia se ubicó en $142.149. Estas cifras reflejan una creciente presión sobre el poder adquisitivo de los argentinos, en un contexto donde la desaceleración de la inflación no basta para aliviar las dificultades económicas.

Las expectativas del mercado apuntaban a una inflación del 2,9%, pero el registro del Indec resultó levemente inferior, lo que confirma la tendencia de menor aumento en los precios generales. Sin embargo, las consultoras privadas advierten que aún no se puede hablar de una estabilización significativa en la economía.

El costo de vida se ha vuelto insostenible para muchas familias argentinas. Con la CBT superando el millón de pesos para una familia tipo y la CBA exigiendo ingresos cercanos al medio millón para evitar la indigencia, las cifras dejan claro que la brecha entre ingresos y necesidades sigue ensanchándose.