El profesor y analista político Gastón Mutti evaluó en Apuntes y Resumen el nivel de ausentismo en las últimas elecciones, los motivos por los que fallan las encuestadoras y los alcances que puede tener el nuevo acuerdo alcanzado con el FMI
Gastón Mutti, analista, doctor en Ciencia Política y docente de la Universidad Nacional de Rosario, analizó en diálogo con Apuntes y Resumen la conducta de la ciudadanía tras la baja participación observada en elecciones como las de Santa Fe y Córdoba, el fallo repetido de las encuestadoras y el alcance que podría tener en la campaña presidencial el acuerdo alcanzado el fin de semana por el Gobierno con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Sobre el mayor ausentismo que se registró en las últimas elecciones provinciales, Mutti explicó que la situación puede relacionarse con la falta de propuestas y alternativas que logren seducir a la población, además del hartazgo por la situación económica y social.
“Hay u problema que es importante. Tenemos un altísimo nivel de no participación. El nivel de descontento, de pérdida de salario, capacidad adquisitiva, consumo, se puede estar traduciendo en la no posibilidad de que los guarismos y porcentajes electorales sean lo que teníamos en años anteriores. La ciudadanía, ante la situación de agobio, opta por no participar. Esto no va a favorecer a ninguna de las fuerzas políticas. Simplemente va a generar un mayor descreimiento de cómo la democracia funciona en el país”, aseguró.
“Las elecciones presidenciales de 2019 generaron una gran participación porque se estaban discutiendo y proponiendo alternativas a la sociedad. La pregunta que podemos hacer ahora es qué alternativas nos están dando los candidatos. Si no hay opciones la retracción va a ser imposible de poder replantear. Los que van a tener que discutir primero son los propios partidos políticos, pensando si las opciones que ellos brindan son las que la ciudadanía está requiriendo. Posiblemente la política ya esté llevando adelante una renovación generacional, donde hay generaciones que ya están pasando su cuarto de hora”, evaluó.
Respecto a los números que proyectaron las encuestadoras en los últimos comicios, y que mostraron claras diferencias con lo que finalmente sucedió, explicó que cada vez es más complejo para las empresas que realizan ese tipo de trabajo encontrar a quienes quieran dar a conocer sus opiniones, lo que quita fiabilidad al proceso.
“La semana pasada estuvo el congreso de ciencia política en Buenos Aires, que se hizo paralelamente con el congreso nacional de la sociedad argentina de análisis político. El miércoles hubo una seguidilla de mesas con el tema de las encuestadoras. El primer gran dato que dieron las personas que trabajan en las encuestadoras es que en este momento están teniendo aproximadamente un dos por ciento de respuesta en las encuestas telefónicas. Este es un tema interesantísimo. Si del cien por ciento de los llamados, están teniendo un dos por ciento, es que hay un sesgo muy importante en los números que están manejando”, alertó.
Mutti comentó un caso puntual de análisis compartido en los congresos: en Tucumán una empresa se comprometió a hacer una muestra con tres mil opiniones. El tema no era electoral. Sin embargo, después de 1.700 consultas la firma abandonó la tarea porque no encontraban más gente dispuesta a contestar.
“Esto muestra un sesgo muy marcado de quién y cómo están respondiendo. Los que responden son los sectores más politizados de la población. Ahí hay un problema que en la aleatoriedad de a quién llamo, los números pueden dar absolutamente contrarios. Y quienes contratan encuestas no las hacen presenciales porque son mucho más caras”, advirtió.
El profesor y analista explicó que con las encuestas se da la particularidad de que generan alto interés y consumo por parte de la población, aunque cada vez está más expuesta la falibilidad de lo que se proyecta.
“Si uno se va a los principales diarios nacionales, las noticias políticas más leídas son aquellas en las que aparecen las encuestas. Descreemos de las encuestas, pero somos consumidores compulsivos, aunque sabemos que no nos van a dar los números certeros”, marcó como una curiosidad.
Por último, se refirió a los alcances que el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional puede tener en la economía y en el panorama político nacional.
“El ministro (en referencia a Sergio Massa) va a estar permanentemente minimizando los efectos que su política va a tener respecto de los procesos devaluatorios. El dólar paralelo, blue o ilegal subió hoy seis pesos. El ministro de Economía, que a su vez es el candidato, intentará decirnos que este acuerdo nos permite quitar al FMI de la escena política. ¿Por qué le interesa? Porque ese tipo de debate es muy importante al interior de su fuerza política. Grabois, el otro candidato a presidente, va a intentar unificar a la figura de Massa con el Fondo Monetario”, explicó.
“El FMI no va a estar fuera, si no en un stand by respecto de la política nacional, en el mejor de los casos. Pero cualquiera sea el gobierno el 11 de diciembre va a tener que sentarse con el Fondo Monetario porque la cantidad de vencimientos que va a tener el país en los próximos años así lo va a obligar”, concluyó.