El biólogo Jorge Liotta dialogó con Apuntes y Resumen sobre estos hechos que “durante 2024 disminuyeron” pero que en los últimos casos son generados por el comportamiento humano.
Durante la semana pasada se produjeron incendios en las islas frente a Rosario que arrasaron 7 kilómetros cuadrados en la Isla de Los Mástiles. Las llamas desatadas al norte de la ciudad afectaron una amplia superficie del humedal.
Jorge Liotta, biólogo especializado en Ecología Acuática y director del Museo de Ciencias Naturales “Antonio Scasso” de la ciudad de San Nicolás dialogó con Jorgelina Hiba y Diego Fiori en Radio UNR y brindó un panorama sobre tierras que bañan las aguas del río Paraná que van desde Santa Fe a la desembocadura de curso fluvial en el Delta.
“Después de tantos años de incendios muy exacerbados en territorios del Delta y del Piecas (Plan Integral Estratégico para la Conservación y Aprovechamiento Sostenible) en 2024 tuvimos una fracción menor de los focos de los años previos con la bajante y la sequía y estuvo a nivel de años previos a 2020”, contó sobre esta información que está disponible para descargar en el sitio web del museo.
Para el investigador recibido en la Universidad Nacional del Sur “estaba claro que los incendios tuvieron también su incidencia por la bajada del rio y la sequía que creaban las condiciones adecuadas para que cualquier foco o incendio se fuera de madre y pasara lo que pasó”.
Pero en este 2024 cambiaron algunas condiciones ya que “la primera mitad del año el río creció durante poco tiempo y después volvió a bajar pero no es lo mismo que años completos sin crecientes. Hubo una superficie inundada en la isla que favoreció en la no proliferación de incendios y si bien en agosto y septiembre hubo focos, fueron en niveles muy acotados”, dijo Liotta.
PREVENCIÓN, CONTROL y CONCIENCIA
El mismo tiempo el biólogo rescato que “mejoraron los mecanismos de control que marcaron una tensión a la gente de la isla e interpreto que esta situación fue un mecanismo disuasivo y por qué también no una mayor conciencia de la gente porque a todos nos afectaron los incendios”, afirmó.
Para el investigador “los episodios de anomalías de lluvias está directamente vinculado a los incendios de pastizales pero también a los forestales de Córdoba o Bariloche, por ejemplo. Eso es un problema junto a las variedades del clima y se está incrementando según pasa el tiempo”, relató.
“Necesitamos prevención y concienciación de la población”, dijo tajantemente. “Si sabemos que esto pasa, no prendamos fuego. Esto no va a desaparecer y nos obliga a tomar cuidados extremos”, dijo.
Al mismo tiempo denunció que “debería haber recursos por parte todos los niveles del Estado, lamento lo que pasa a nivel nacional y celebro lo de los estados subnacionales que están en contacto directo con su propio ambiente”.
Qué efectos deja en un ecosistema un incendio
“Hay que tener en cuenta la magnitud del incendio pero en general cuando el incendio es muy intenso las consecuencias negativas son más graves y duraderas en el tiempo”, dijo.
“En este caso del incendio de la Islas de los Mástiles no es lo mismo que se queme el pajonal del centro de la isla o la vegetación de la costa. La primera es una vegetación herbácea que tiene capacidad para regeneración importante en cambio lo arboles que se queman en las costas tienen una capacidad muy lenta de regeneración”, analizó.
En cuanto a la fauna explica que “tiene que ver con el tamaño y capacidad de movilidad de esos animales. Es bastante variable el impacto por ejemplo no es lo mismo las aves que los invertebrados o anfibios”.
Al mismo tiempo diferenció incendios de otros lugares del país en donde “el fuego es una parte del desarrollo o componente del ecosistema y hay una evolución de las especies para estos casos como pasa en Los Palmares de Entre Ríos; pero en el Delta y las islas el fuego es un disturbio”.