• Tiempo de lectura:7 minutos de lectura

“La baja en la edad de imputabilidad no es una solución real al problema de la criminalidad”

La detención de cuatro menores de edad, en el marco de las investigaciones por la saga de crímenes que sacudió a Rosario en los primeros días de marzo pasado, reavivó el viejo y nunca saldado tema de la baja en la edad de imputabilidad. Un ítem en el cual numerosos sectores de la sociedad apuntan a tratar a los chicos que delinquen como si fueran mayores sin analizar ni contemplar el contexto social en el cual se mueven, por qué llegan a delinquir y cuáles serían las salidas alternativas al encierro en instituciones penitenciarias. En ese marco Luciano Vigoni, quien fuera director del Programa “Nueva Oportunidad”, implementado durante la década pasada en barrios de la ciudad con el fin de acompañar y potenciar grupalidades juveniles ancladas en instituciones y organizaciones de la sociedad civil, dejó sus impresiones la noche de este miércoles en el programa Feos, Sucios y Malos.

“Desde que nosotros empezamos en 2013 el Programa Nueva Oportunidad podíamos vincularnos en los barrios con distintos referentes sociales y con las organizaciones que ya estaban trabajando en esos territorios de manera directa. Pero la realidad es que la violencia y la desigualdad creciente, que no sólo hay que achacarle a los gobiernos liberales como el macrismo sino también a aquellos de tinte progresista que no supieron llevar adelante las reformas estructurales necesarias, fueron generando una desigualdad estructural y una narcocriminalidad que tiene una práctica en la cual la lógica del mercado y los territorios llevan a los pibes a buscar salidas individuales”, dijo Vigoni en Radio Universidad. Y tras ese panorama, aclaró que eso “conduce a los chicos a una situación de extrema dificultad por la situación económica que atraviesan y por la violencia extrema que está presente en esos sectores sociales. Así, el tránsito de esos chicos por los barrios es complicado. No sólo no hay laburo sino que es difícil el sostenimiento de la escuela y hay una ausencia marcada del valor vida acompañada de una angustia muy profunda por la falta de una red de contención que los acompañe”.

En ese orden, el referente social dijo estar “totalmente en desacuerdo con la baja en la edad de imputabilidad porque lo único que se hace con eso es que pibes muy chicos ingresen al sistema penal haciendo un tránsito por instituciones que están en pésimo estado, en las cuales se reproduce más violencia que en la calle y de donde el pibe sale con más perversidad y con nulas posibilidades de trabajar lo subjetivo porque todo se hace de espalda al Estado”.

“Hay una mirada muy sesgada sobre el tema _agregó Vigoni_ y por eso se piensa que modificando algunas normas y el tiempo que el pibe que delinque debe pasar en un instituto reducirán la violencia. Seguir con este tipo de políticas en un país donde Javier Milei es presidente y su gobierno puede dejar un andamiaje legal para que cualquiera haga lo que quiera desconectado del Estado de Derecho sólo genera muchos temores”.

En referencia a los dichos del diputado nacional libertario Alberto Venegas Lynch, quien sostuvo que los padres son libres de enviar o no a sus hijos a la escuela porque quizás los necesiten trabajando con ellos, Vigoni sostuvo que “ese discurso no hace otra cosa que reafirmar que hay gente desconectada totalmente de la realidad que se vive, lo que obliga a una urgente reforma política que tenga más que ver con una representación social de los laburantes, de las organizaciones gremiales y sociales, de quienes viven día a día la realidad y no de aquellos que son una entelequia alejada de lo que pasa como este diputado o el propio Javier Milei”.

En ese sentido, Vigoni dijo que “los gobiernos populares y los sectores progresistas debemos darnos el debate de qué hacemos con un pibe que ha cometido dos o tres delitos y que está atravesado por la violencia. Hemos dejado el campo muy libre para que algunos temas sean aprovechados por tipos delirantes como Venegas Lynch y que su discurso tenga cierto asidero en la sociedad corriendo el límite cada vez más hasta naturalizarlo, incluso calando en los sectores medios sin tener en cuenta lo que significa vivir en sociedad, la empatía con el otro, una falta de encuentro por ausencia de políticas públicas y la falta de haber instalado en su momento determinados temas que dábamos por superados. No podemos estar discutiendo en el siglo XXI que la educación sea un servicio o un derecho, no podemos estar pensando qué valor tiene el trabajo para cualquier joven o persona mayor”.

Asimismo, el referente social explicó que a diferencia de lo que sostiene el gobierno, “el mercado no te va a resolver el problema de falta de trabajo y por esos los gobiernos locales deben afrontar ese desafío de generar nuevos empleos. Si nosotros acompañamos a los pibes en lo educativo y después no hay un lugar donde insertarse laboralmente a cambio de un salario pero por sobre todo constituirte como sujeto por tu vínculo con el otro aparecen discursos que te van corriendo la línea y te llevan a plantear temáticas que nunca pensábamos que debían ser abordadas, por lo que nos obligan a una discusión contrahegemónica”.

Fianlemente, el referente social y conocedor en profundidad de lo que ocurre en los barrios, dijo que “la baja de la imputabilidad se está laburando livianamente y pensar que un nene de 13 años puede estar encerrado en las mismas condiciones que un mayor, con una sola salida al aire libre por día, sin contacto con sus afectos es muy difícil que te lleve a una sociedad más integrada y menores niveles de violencia”.