En la ciudad reprogramaron la marcha en el contexto de los recientes ataques letales, pero las militantes feministas resisten en el clima hostil que instala el Gobierno nacional con provocaciones y vaciamiento de políticas públicas
En el estudio de Radio Universidad estuvieron en esta fecha especial Ernestina Saccani, militante de La corriente Mujeres y Diversidad, que participa en la Asamblea LesboTransFeminsita Rosario y en la La Campaña por el Derecho Aborto, Ghandarí, actriz, payasa y directora feminista, curinga de Magdalenas Rosario y de la Red Ma(g)dalena Internacional e integrante de la Campaña por el Aborto legal seguro y Gratuito Rosario y de la Asamblea Lesbotransfeminista. También, Graciela Zenas, referenta de Barrio Moderno, donde está ubicada la Casa de la Mujer y la Diversidad del MTE. Con ellas, Gabriela Émela, miembro de AMMAR, trabajadora sexual, puta feminista, activista, militante por los derechos de las y les trabajadores. Y Carla Di Tomasso, abogada, especialista en magistratura y derecho penal, presidenta de la asociacion civil “Justicia Restaurativa Santa Fe” y docente de la Universidad Nacional de Rosario.
Las participantes del programa especial de Apuntes y Resumen relataron que poco antes de ir a la radio, a partir de las 8, unas cien compañeras terminaron, después de dos horas de compartir sus opiniones, reprogramar la marcha del 8M en Rosario. Fue teras un consenso unánime, y con la certeza de realizar la convocatoria en otra fecha. Porque privilegian el cuidado, el tejido de redes de contención y la solidaridad con las víctimas de la ola de violencia. Pero las marchas, afirmaron son un espacio de acompañamiento mutuo que no resignan.
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Desde el feminismo, reclamaron políticas públicas que amortiguen la violencia urbana que repercute en los sectores más vulnerables. Esas exigencias, aclararon, es tanto para el Gobierno nacional como el provincial y el municipal.
El escenario actual, coincidieron, es hostil. Una muestra fue que el Ejecutivo nacional eligió, el mismo Día Internacional de la Mujer, para lanzar la provocación del anuncio de cambio de nombre del Salón de las Mujeres de Casa Rosada para rebautizarlo Salón de los Próceres. Es, dijeron, un jalón simbólico puntual que se enmarca en un proceso de avanzar sobre derechos ya conquistados.
Se trata, señalaron, de un Estado que avanza con insultos a las mujeres y las disidencias. Primero, con la disolución del Ministerio de Mujeres y Disidencias. Pero el feminismo, afirmaron, no deja de luchar.
Graciela Zenas contextualizó el trabajo de las mujeres en el contexto de crecientes penurias económicas profundizadas por las actuales políticas públicas. Por ejemplo, marcó, el corte de asistencia alimentaria y recursos desde Nación, lo mismos que desde el Banco de Alimentos Rosario. Afectan a comedores y organizaciones son los únicos lugares de contención para los chicos y chicas en un ambiente de creciente violencia y desgaste del tejido social.
En el mismo sentido, mencionaron el desfinanciamiento de los programas para los jóvenes con problemas de consumos, lo que termina por facilitar el reclutamiento de soldaditos por parte de los grupos de narcomenudeo.
En los barrios, insistieron, el papel de las mujeres organizadas es fundamental en el escenario de avance territorial de las organizaciones narco.
El mismo desprecio estatal observaron en los programas para personas con discapacidad, también con las mujeres como protagonistas de la contención.
Son todas, sintetizaron, construcciones colectivas a las que el actual Gobierno nacional quiere desgastar.