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Los bombardeos masivos de Israel a la Franja de Gaza dividen a la comunidad internacional

Especialista de la UNR en Medio Oriente analiza las consecuencias geopolíticas de la feroz réplica bélica del Gobierno de Benjamin Netanyahu sobre la población civil palestina tras el violento ataque de Hamás del 7 de octubre

Ni siquiera Estados Unidos, histórico aliado de Israel en Medio Oriente, avala sin más los bombardeos al enclave de Gaza, y de ello da cuenta la conversación de más de siete horas mantenida por el secretario de Estado de la Casa Blanca, Antony Blinken, con el primer ministro Netanyahu. Una duración “que manifiesta que no se ponen de acuerdo sobre las acciones en territorio de la Franja de Gaza“, reflexionó Rubén Paredes, Doctor en Relaciones Internacionales, profesor de Economía Internacional de la UNR y director del Instituto Rosario de Estudios del Mundo Árabe e Islámico (Iremai).

En diálogo con el programa Apuntes y Resumen, explicó que al margen del anunciado viaje del presidente Joe Biden este miércoles a Israel, en una muestra clara de apoyo a Tel Aviv, hay un pedido expreso de los Estados Unidos de que se tenga en cuenta la situación de la población palestina en la réplica al ataque del movimiento de resistencia islámica Hamás. Es que los bombardeos indiscriminados a la Franja de Gaza, señaló el especialista, ya dejaron más de cuatro mil palestinos fallecidos, la mayoría civiles y entre ellos, un alto porcentaje de niños y mujeres.

Una de las muestras de esa situación son las explosiones al hospital Al Ahli al Arabi, en el centro de Gaza, que este martes dejaron, según fuentes sanitarias gazatíes, alrededor de 500 palestinos fallecidos entre pacientes y personas que se refugiaban allí de los ataques aéreos (las fotos de la nota corresponde a ese incidente). Fuentes palestinas afirmaron que se tratò del impacto de un misil israelí. El ejército israelí, en cambio, alegó que fue una explosión fruto de un “lanzamiento fallido” de cohetes por parte de la Yihad Islámica. Si se confirma la autoría israelí, sería una de las mayores matanzas jamás causada por un bombardeo de ese ejército.

“Por las características del territorio”, señaló Paredes, la embestida israelí conduce a un “castigo colectivo a la población” de la Franja, no sólo al movimiento armado Hamás, como aduce el gobierno de Tel Aviv. Porque, además, Israel connminó a la población del norte del enclave a desplazarse hacia el sur para no sufrir las consecuencias de la anunciada pero no concretada incursión terrestre y sin embargo, bombardea también el sur. El cuadro desemboca en desacuerdos diplomáticos ante la posibilidad de que pueda ser encuadrado segùn la jurisprudencia internacional como crìmenes de guerra.

En el terreno continúan las mortíferas operaciones aéreas, siguió Paredes, pero a la par se produce, por lo mismo, un reacomodo geopolítico, porque Israel también ataca el sur del Líbano. Y retrasa la anunciada incursión terrestre al territorio de Gaza, que implicaría un alto costo para Israel, no acostumbrada a una lucha cuerpo a cuerpo. Eso, señaló, pone en duda la existencia de un proyecto sólido de invasión.

A la vez, se generó un terremoto político dentro de Israel, país con uno de los mejores servisio de inteligencia del mundo que fue sorprendido por Hamás, aunque otros servicios que operan en la región tampoco lo anticiparon. Sí, repasó, hubo advertencias que no se tuvieron en cuenta. Egipto advirtió sobre movimientos de entrenamientos de Hamás en varias comunicaciones en el contexto de su tenso acuerdo de paz con Israel.

El Gobierno de Netanyahu “subestimó a Hamas”, insistió Paredes, bajo la suposición de que no volvería a ingresar a un conflicto armado después de perder a buena parte de sus líderes. Pero los episodios de 2008, 2014 y 2021, acotó, muestran la capacidad del movimiento de resistencia islámica, con gran desarrollo militar y tecnología, aún teniendo en cuenta que la Franja sufre un bloqueo desde 2007.

En el contexto internacional, varias naciones, como Estados Unidos y Rusia, buscan que el conflicto no escale con el ingreso de otros actores. Y también presionan, en la región, Egipto y Jordania, por ejemplo, ante la posibilidad de una ola de refugiados.

A la vez, y en medio de los violentos ataques aéreos sobre Gaza, tanto la Cruz Roja Internacional, Médicos sin Fronteras y la Agencia para los Refugiados Palestinos de Naciones Unidas dijeron abiertamente que no se retirarían de la zona en conflicto porque eso significaría miles de muertos civiles.

Es que, continuó el especialista de la UNR, el asedio sobre Gaza, según el artículo 33 de la convención de Ginebra de 1949 sobre derecho internacional humanitario para contener la barbarie de la guerra configura un crimen de guerra porque Israel, además de los bombardeos, deja sin electricidad ni agua ni combustible a la población, lo que implica, por ejemplo, que no pueda funcionar una incubadora para bebés.

“La situación es compleja. Israel necesitra vengar el ataque para demostrar que tiene capacidad de fuego, pero el ofrecimientode armas de Estados Unidos demuestra que no le alcanza”, sobre todo en lo que refiere a misiles. No está clara, recalcó Paredes, la dirección que tomarán los acontecimientos. Y asoma el riesgo de que al abrir una guerra en varios frentes, ingresen como actores otros países. Por caso, Irak, Yemén. Y el movimiento libanés Hezbolá (de la rama chiíta del Islam, en cambio Hamás es sunita). Incluso el poderoso Irán, que ya advirtió sobre la posibilidad de un ataque preventivo contra Israel.

La comunidad internacional se está dividiendo, lo que significa que se plantea otras cuestiones, como el no acompàñamiento del castigo sobre la población civil, con manifestaciones masivas en muchos países de Europa pese a que algunos, como Alemania y Francia, prohibieron esas movilizaciones a favor de los palestinos“, contextualizó el tablero global sobre el que repercute el conflicto cuyo teatro de operaciones inmediato está en Medio Oriente.

Los medios no tradicionales, al mismo tiempo, ofrecen relatos de los hechos diferentes y hasta contrapuestos a los que editan los convencionales, muchos de ellos presionados por sus gobiernos respecto de la línea editorial a seguir sobre el conflicto. Dentro mismo de Israel, en coincidencia con la complejidad de la trama y de su traducción periodística, también se despliegna visiones contradictorias.

La lectura de la escalada de violencia en Medio Oriente, resumió Paredes, debe atender a la complejidad de sus factores y la historia previa que explica la coyuntura. Sin que ello signifique justificar el terrorismo de Hamás, hay un escenario de un millón de desplazados, gran destrucción de territorios civiles y la intención de “convertir la Franja en una plaza seca”, lo que implica una “siembra de odio” que se extiende a las nuevas generaciones de palestinos como sucedió con las anteriores al cabo de todo el siglo XXI viviendo con constantes operaciones bélica de Tel Aviv.