Las integrantes de la Multisectorial contra la violencia institucional Marilé Di Filippo y María Cosoy, y el abogado querellante Guillermo Campana analizaron la absolución a diecinueve policías en la causa en la que se investigó la desaparición y muerte del joven
El fallo por la desaparición y muerte de Franco Casco, por el que quedaron absueltos los diecinueve policías y el vecino que llegaron a juicio, dejó a los familiares del joven asesinado en octubre de 2014 sin respuestas consistentes sobre lo sucedido y sin una reparación por parte de la justicia. La decisión dividida del Tribunal, las consecuencias que deja la resolución que será apelada, fue analizada en Apuntes y Resumen por el abogado querellante Guillermo Campana y las integrantes de la Multisectorial contra la violencia institucional Marilé Di Filippo y María Cosoy.
“¿Podemos hacer cualquier cosa con el otro sin que esto pueda ser juzgado, reparado? Sin que haya no sólo un castigo, sino una suerte de respuesta del Estado a la familia. ¿Qué pasa cuando un nuevo joven diga que le sucedió tal situación de violencia con la policía o un familiar busque a su hije desaparecido o que fue asesinada por la policía? ¿Cómo vamos a construir otra vez eso después de este fallo nefasto?”, interrogó Di Filippo sobre las huellas que deja la sentencia de los jueces.
“No sólo por la familia Casco, sino por el resto de los casos, esperábamos una condena ejemplar. Se marca un precedente. Y ése el temor”, añadió Cosoy.
“Si bien tuvimos una decisión difícil de digerir, que generó mucha angustia y dolor, sobre todo en la familia, dentro de ese marco la decisión o el voto en disidencia del presidente del Tribunal implica algo que es muy relevante. Reconoce la existencia de la privación ilegal de la libertad, reconoce las torturas y que Franco murió como consecuencia de esas torturas. Y que al día siguiente se construyó un procedimiento intentando dar un viso de legalidad, diciendo que había sido detenido en un procedimiento de rutina y que había sido liberado por la noche”, advirtió Campana sobre la importancia que la mirada en disidencia del juez Otmar Paulucci deja para iniciar la etapa de apelación frente a las absoluciones.
Cosoy se preguntó sobre la responsabilidad que le cabe al Poder Judicial y el significado político y social que tiene el fallo. “¿Cómo nos volvemos a posicionar para visibilizar este fenómeno de la violencia institucional? No sólo el poder judicial no estuvo a la altura de las circunstancias, con un fallo bochorno, sino que tiene responsabilidades y tiene que rendir cuentas. Franco está muerto. ¿Qué pasó? Si no es la versión que venimos defendiendo, ¿cuál es la respuesta? Con este fallo, que es la absolución, uno se pregunta: si no es eso, ¿qué sucedió esa noche?”, cuestionó.
Campana recordó que la querella y las organizaciones que acompañaron el proceso fueron críticas desde el comienzo con la actuación de la justicia. Demoras para investigar, medidas que no se tomaron y una diligencia que dio sus primeros pasos “siguiendo la versión policial”.
“Lo primero que hace (el fiscal Guillermo) Apanowicz es decir que se trató de una detención legítima. Se convenció de la versión policial antes de comenzar a investigar”, criticó el abogado querellante. Además, denunció que, “al estar involucrada la policía y cierta estructura estatal, es mucho más fácil destruir o modificar prueba, amedrentar testigos, construir coartada, que es lo que efectivamente se hizo en este caso”.
Cosoy, Di Filippo y Campana denunciaron además el hostigamiento del que vienen siendo objetos por parte de familiares de los policías acusados y plantearon su especial inquietud con quienes se atrevieron a declarar durante el juicio.
“En el mismo marco del juicio denunciaron que recibieron hostigamiento y amenazas. Los policías saben dónde viven, los tienen identificados. Nos preocupa muchísimo su situación. Han sido muy valientes al someterse al proceso y declarar”, advirtió Campana.
Sobre los pasos que deberán darse de ahora en más, además de las apelaciones, Di Filippo aseguró: “Nos queda seguir defendiendo nuestra verdad, seguir fortaleciendo las organizaciones que se ocupan de acompañar a familiares y exigir justicia. Y seguir construyendo memoria por Franco y por esos pibes que la policía ha violentado o asesinado”.
“Hay que seguir visibilizando este tipo de cuestiones. Lo de Franco no fue producto de la casualidad, sino de una serie de prácticas que se siguen produciendo en el marco de las actuaciones policiales”, advirtió Campana.