Primero en la Universidad Nacional del Litoral de Santa Fe, después en la UNR, desde escuela a formación de grado, un extenso derrotero que un equipo de docentes y alumnos expuso a partir de la recopilación de material disperso, entrevistas y biografías
El 13 de junio último, la UNR recordó los 100 años de la creación de la carrera de Arquitectura, originariamente en la UNL, fundada cuatro años antes. Es una larga historia a la que le faltaba exponer en forma ordenada, y a eso se dedicó un equipo con el objetivo de reconstruir diferentes aspectos de la actividad académica y los desafíos institucionales en los diferentes contextos, a través de los cambios políticos, sociales y disciplinares, y las transformaciones de las Universidades del país. El resultado es un Acervo Archivo Institucional. Una de sus impulsoras, la doctora arquitecta Alejandra Monti, estuvo en el estudio de Radio Universidad y conversó con el programa ABC. La acompañó el arquitecto Marcelo Barrale, ex vicedecano, docente de varias cátedras y director del colectivo Matéricos Periféricos.
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Barrale destacó la dinámica de cambios que caracteriza la enseñanza de Arquitectura, como ocurre con otras disciplinas. Si bien los planes de estudio se modifican periódicamente, señaló que en los últimos 20 años la necesidad de transformación es mayor. En parte, ejemplificó, por el requisito de acreditar la carrera de acuerdo a estándares nacionales e internacionales, o para incorporar con más énfasis nuevos aspectos como el de la sustentabilidad energética o la seguridad laboral en las obras.
El vicedecano marcó los quiebres en ese derrotero cuando se interrumpe el sistema democrático. En esos momentos, recordó, la Universidad se retrae sobre sí misma, se aleja de los territorios, sufre recortes presupuestarios, prescripciones en los planes de estudio y censuras sobre los temas de investigación. Más allá de eso, explicó, la Facultad se fue abriendo, un proceso en el que es trascendente el área de Extensión pero con los recientes paradigmas de transversalidad de saberes entre los construidos dentro y fuera de la academia.
En esa tónica de avances a tono con demandas sociales, recalcó que la Facultad fue la primera dentro de la UNR en formalizar un espacio institucional de Derechos Humanos. Aclaró que se trata de procesos complejos, que avanzan mediante la negociación con distintas miradas, sobre todo entre los docentes. Y agregó que, además de ello, es imprescindible el complemento entre el rigor técnico y una mirada social que entienda la profesión ubicada en cada momento y lugar.
Monti añadió otro desafío de los últimos tiempos: la complementaridad entre arquitectura, planeamiento y diseño, por otra parte terminalidades que existen en la Facultad local.
Ya dentro de la Plataforma que da cuenta de la hisotria centenaria, la arquitecta explicó que está organizada tanto por núcleos temáticos como en biografías, entrevistas, integración de documentos institucionales, secciones sobre el proyecto editorial de una revista propia, repaso de los diferentes organigramas institucionales a través del tiempo, el área de derechos humanos y material gráfico., sin agotar la enumeración.
Monti aclaró que se trata de una construcción que si bien está consolidada, sigue abierta a nuevos aportes. Y que no es sólo un acervo histórico estático, sino que se lo piensa como una herramienta operativa para pensar las próximas transformaciones. Por eso, llamó a quienes tengan registros que puedan alimentar el proyecto, que los acerquen