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Si no hay espíritu crítico, la IA puede suplantar el debate público democrático

Los cambios tecnológicos acelerados llevan a la incertidumbre, particularmente en el ámbito educativo superior. El reto es capacitarse para evitar interacciones ingenuas o apocalípticas, incorporar la dimensión ética y aprovechar las potencialidades. La mirada de la especialista Victoria Ezcurra

ChatGPT es la más conocida de las herramientas de inteligencia artificial, un sistema de chat desarrollado por la empresa OpenAI con más de 175 millones de parámetros, entrenado con grandes volúmenes de texto para tareas relacionadas con el lenguaje: desde la traducción hasta la generación de textos. Ya ingresó en los ámbitos educativos, una irrupción conflictiva y desconcertante respecto de sus efectos transformadores. Se trata, entonces, de un desafío para los educadores: poder aprovechar sus potencialidades y minimizar los riesgos, para lo cual hay que entenderlo y capacitarse. Sobre este escenario de incertidumbre, conversó con ABC la politóloga y magister en Administración Pública Victoria Ezcurra. Ella está a cargo del tercer encuentro de una serie en la UNR que indaga la utilización de esa tecnología en las universidades.

La inteligencia artificial es, básicamente, un conjunto de herramientas que copian el comportamiento humano, resumió Ezcurra. Y, entre otras cosas, “producen un reto educativo”. Uno de los ejes de la discordia gira en torno al concepto de plagio: pedirle al ChatGPT que genere un trabajo de investigación, o un resumen de un tema. Una de las muchas preguntas que dispara el nuevo paisaje tecnológico en el universo pedagógico es si inhibe el aprendizaje autónomo.

Ante esto, interpretó la especialista, se impone la necesidad, por parte de los educadores, de capacitarse, de captar los beneficios y potenciales perjuicios de esa tecnología. Las ventajas posibles son muchas, siguió. Por ejemplo, diseñar seguimientos individualizados del aprendizaje. Sin embargo, aclaró, hay que ver el contexto: si persiste la brecha entre el avance de la IA y la falta de competencias digitales en las comunidades universitarias, lo que se producirá es una nueva desigualdad.

La entrevista completa se puede escuchar acá ↓

 

Ezcurra también alertó sobre un acercamiento ingenuo a estas plataformas, con asignación de verdad a sus productos. “No hay que quedarse con sus respuestas, hay que verificarlas, porque no especifican fuentes, hay que partir de la duda de que pueden ser falsas“, sintetizó la necesidad de un abordaje crítico y la incorporación de una dimensión ética en la interacción y uso.

El cuadro general es de un trastocamiento acelerado de los preceptos en los que se apoyan los procesos pedagógicos. “Cambió tanto el paradigma de acceso al conocimiento que lleva a cambiar el de la enseñanza“, reflexionó Ezcurra. “No somos portadores del conocimiento, hay que desarrollar habilidades de pensamiento crítico, colaboración, comunicación y creatividad, junto a una gran estabilidad mental” para, agregó, enfrentar el desafío de apropiarse de la IA.

Las potencialidades de mejora del proceso educativo, continuó la experta de la UBA, son infinitas. Desde la generación de cuestionarios, glosarios, estrategias pedagógicas diversificadas hasta la simulación de los grandes pensadores de la humanidad para generar debates. Pero, aclaró, para eso hay que capacitarse en potencialidades y amenazas, porque sólo así se reducen los efectos del mal uso de la tecnología.

El reto es enorme, señaló, porque la aceleración de las innovaciones lleva a la incertidumbre como una constante. Y a eso hay que ingresar con una postura crítica. Porque la misma dinámica de los cambios tecnológicos implica que, una vez aprendidas sus lógicas, lo que sigue es igualmente desafiante ante las infinitas posibilidades abiertas: un estado de uso experimental permanente.

Y hay que tener una mirada atenta sobre los riesgos, insistió. La tecnología permite nuevos derechos, pero también puede poner en cuestión los conseguidos, porque entre otras cosas potencia nuevas desigualdades, como las digitales. En particular, el ChatGPT, ironizó, “tiene un master en lenguaje humano, y la posibilidad de crear palabras e ideas y por lo tanto ilusiones”. En combinación con las redes, puede inundar el espacio de intercambios con fake news, productos en los que no se pueda detectar si son humanos o no humanos y manipulación de la opinión pública. “El riesgo es perder el debate público democrático, que quede en manos de las máquinas”, identificó Ezcurra uno de los principales desafìos.

 

Tercer Encuentro: “Explorando el ChatGPT en la Universidad”

El jueves 8 de junio a las 18.30 se realizará el tercer encuentro del Ciclo UNR 4.0 La Educación revolucionada: los susurros de la Inteligencia Artificial.

Bajo el título “Inteligencia Artificial al servicio de la educación: Explorando el potencial del ChatGPT en la Universidad”, la charla será virtual y dictada por la licenciada Victoria Ezcurra (UBA). La moderación correrá por cuenta de la doctora Griselda Guarnieri.

La actividad es gratuita y para toda la comunidad de la UNR, pero requiere inscripción en un formulario disponible en línea.