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Doctora en Química, futbolista, basquetbolista y boxeadora

Paula Monserrat Couto se hace tiempo para cumplir con sus dos pasiones: la ciencia y el deporte

Su madre no quería que jugara al fútbol, pero una telenovela brasileña se interpuso. Paula Monserrat Couto vio “El clon” cuando estaba terminando la secundaria, y supo que quería estudiar Biología. No duplicó humanos, claro, pero sí células. Y, además, en la facultad comenzó a practicar futsal. No solo eso, sino también básquet, boxeo y durante un tiempo fue maratonista. Desde hace una década integra el Laboratorio de Biología Celular y Estructural de la Fundación Instituto Leloir.

Paula contó en el programa ABC cómo hace para combinar sus dos pasiones: la investigación y el deporte. No es fácil, porque la obliga a largos trayectos diarios entre su lugar de trabajo en el Leloir y los de práctica. Duerme poco y, claro, no sale mucho de noche, por ejemplo. Pero no lo siente como una resignación. Hace lo que le apasiona, en dos mundos aparentemente excluyentes según los estereotipos.

La doble pertenencia a esos universos hizo que la convocaran para una serie de publicidades con las que el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación y la Presidencia de la Nación intentan alentar fomentar las vocaciones científicas.

“Vivo y trabajo en Caballito, voy hasta el club Los Andes de Lomas de Zamora (barrio de su infancia), todo es una distancia y un tiempo en viaje”, admite la investigadora. Además, entrena básquet en la Universidad Nacional de Buenos Aires y boxeo, con Alfio Ruiz, en un gimnasio de Belgrano.

“La ciencia es un desafío. Uno plantea algo, se lo propone, pero siempre se encuentra con obstáculos, y es lo mismo que te pasa en un partido”, señala Paula las intersecciones entre ciencia y deporte. Por otro lado, “el estrés que te genera hacer ciencia lo descargás haciendo deporte”. Parece un negocio redondo, pero no para cualquiera. Varios de sus colegas de un lado y otro de sus actividades se sorprenden, aunque ya son muchos los que se acomodan para dar espacio a las cosas que los apasionan cuando pertenecen a diferentes ámbitos.

Paula está haciendo un postdoctorado. Trabaja con proteínas que tienen agregado de azúcares. Son las N-glicoproteínas. Ella, en particular, estudia por qué una misma célula a veces genera proteínas sin el agregado y otras veces con el mismo. Esto tiene relación con su estabilidad, su funcionalidad y sus interacciones.

Se entusiasmó con la campaña publicitaria del Ministerio de Ciencia, pero aclara que hace falta mucho más. “Es una época difícil para fomentar el interés por una carrera científica. Por todas las trabas. No es fácil hacerse camino en esto. Hay que concursar, obtener una beca, implica estar muchos años investigando sin beneficios básicos como aguinaldo y aportes jubilatorios”, enumera. “Y a un chico le ofrecés eso, o ingresar a una empresa de biotecnología con sueldos mucho mayores y con esos beneficios, y la piensa”, baja a tierra la necesidad de generar políticas públicas.

“Que lo que quieras ser incluya la ciencia”, propone en el spot oficial. “Trabajo de lo que más me gusta, sin dejar ninguna pasión de lado”, sintetiza y, por supuesto, eso requiere ganas e inteligencia para exprimir las 24 horas del día.