• Tiempo de lectura:5 minutos de lectura

El reactor nuclear de la Facultad de Ingeniería de la UNR cumplió medio siglo y suma servicios

Desde el inicio de sus operaciones, en 1973, tuvo como objetivo formar personal altamente calificado en energía atómica. En sus instalaciones se cursa la única licenciatura en Tecnología Nuclear del país

 

El RA-4 Siemens SUR 100 funciona dentro del Instituto de Estudios Nucleares y Radiaciones Ionizantes (Ienri) de la Facultad de Ciencias Exactas (Fceia) de la UNR. Es de muy baja potencia y se utiliza principalmente para la formación de operadores de centrales nucleares y la capacitación de estudiantes. En sus instalaciones se realizan prácticas de distintas especialidades de ingeniería y también se desarrollan tareas de investigación en el área nuclear.

El origen se remonta a la década del 60, cuando el país comenzaba a proyectar una central nuclear en la zona del Gran Buenos Aires y el Litoral, por lo que iba a ser necesaria la construcción de instalaciones apropiadas para la formación de personal altamente especializado en las nuevas áreas nucleares.

“Hoy volvemos a reafirmar, con los 50 años del Reactor RA-4, que los Reactores de Experimentación y Servicios son una referencia de la capacidad tecnológica alcanzada por el sector nuclear en Argentina“, señaló el jefe de Departamento de Reactores de Experimentación y Servicios de la Comisión Nacional de Energía Atómica, Fabián Moreira.

El RA-4 se encuadró en el plan de actividades que Argentina llevó adelante para concretar la instalación de las dos primeras centrales nucleares de potencia para generación de nucleoelectricidad. La planificación del desarrollo nuclear nacional, a cargo de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), incluía la indispensable formación de recursos humanos para que las centrales pudieran operar correctamente. Con este objetivo se montó y puso en funcionamiento esta instalación.

En julio de 1971, el reactor RA-4 Siemens SUR 100 llegó a la Argentina proveniente de la entonces Alemania Federal a partir de un acuerdo firmado por la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA).

 

El reactor fue adquirido “llave en mano”, es decir, listo para ser utilizado, pero sin posibilidad de modificaciones una vez que estuviese instalado y funcionando. Luego de su arribo, primero pasó por el Centro Atómico Constituyentes, donde se puso en funcionamiento de prueba, para ser transportado a Rosario en octubre del 1972.

La inauguración oficial fue el 12 de abril del 1973. Con esto comenzaba a desarrollarse la actividad nuclear académica en la Universidad Nacional de Rosario”, señala el actual jefe de Reactor RA-4, Oscar Peire.

Desde entonces, la instalación tiene como su principal actividad la formación y el entrenamiento de estudiantes universitarios de carreras vinculadas al sector nuclear, que van desde distintas ramas de las ingenierías hasta física, bioquímica y medicina.

 

“Esto se da por el vínculo que se consiguió entablar con otras facultades, permitiendo que la formación nuclear pueda ser multidisciplinaria. Pero, además, hoy en día, la UNR tiene una carrera específica para quienes se quieren formar exclusivamente en la actividad nuclear: la licenciatura en Tecnología Nuclear. Es una carrera planteada como un ciclo de complementación curricular para aquellos técnicos superiores en reactores o en tecnología nuclear que buscan tener un profundo conocimiento en el área”, explicó Peire.

El jefe del Ra-4 especificó que “aproximadamente unos 50 alumnos, en dos camadas, desde hace tres años, vienen cursando la licenciatura, y hace un mes fue la graduación del primer egresado“.

Peire destacó la importancia de haber alcanzado acuerdos con otras instituciones nucleares para que el reactor de Rosario permanezca como una referencia. “Actualmente, junto al Instituto de Estudios Nucleares y Radiaciones Ionizantes, tiene convenios y participa activamente en la Red Latinoamericana de Educación en Tecnología Nuclear. También tenemos vinculación con el reactor RA-0, de la Universidad Nacional de Córdoba, y participamos de las actividades que genera la Comisión Nacional de Energía Atómica y de aquellas instancias académicas y de divulgación que desarrolla la Asociación Argentina de Tecnología Nuclear”, se explayó el ingeniero.

“El campo de acción de los productos y servicios a ofrecer es fértil, y genera un alto valor agregado si se gestiona estratégicamente con enfoque eficiente e integral. Optimizar esta capacidad es insertarse en el desarrollo social a través del campo educativo, productivo y científico”, destacó el jefe de reactores de la CNEA, Fabián Moreira.

Desde 2017, el RA-4 también ofrece capacitaciones a estudiantes de escuelas secundarias técnicas de la zona, incrementando su oferta de formación a jóvenes y adolescentes interesados en insertarse en el mundo nuclear.