• Tiempo de lectura:5 minutos de lectura

Cometa verde: mucha fama, un paso veloz y pocos que lo vieron

Cerca del horizonte y con brillo tenue, hubo que salir de la ciudad y apuntar al norte con un binocular o un pequeño telescopio. Ocurrió hasta el 10 de febrero y no fue nada fácil

Su nombre oficial es C/2022 E3 (ZTF), pero se lo conoce como cometa verde y es el que, en estos primeros días de febrero, pasará por primera vez cerca de la Tierra, se estima, en los últimos 50 mil años. La visita fue precedida por amplia cobertura en los medios de comunicación y generó expectativas, en particular por su color. Sin embargo, hay que pinchar el globo: no será fácil verlo cerca de Rosario, y menos a simple vista, porque se asomará bastante bajo sobre el horizonte y con escaso brillo. Un especialista del Complejo Astronómico Municipal de Rosario (CAM) explicó para el programa La Marca de la Almohada qué hacer para tener al menos una posibilidad de observarlo.

El C/2022 E3 procede de la nube de Oort, una zona helada en los confines del Sistema Solar donde pululan entre cientos de miles y billones de cometas, que son restos congelados de la formación de los planetas hace más de 4500 millones de años. Nada menos. Si pasó hace unos 50 mil años es apenas una suposición en base al cálculo del período de su órbita.

“Está generando más expectativas de lo que debería”, avisó Juan Ignacio Gerini, técnico y productor del Planetario, que junto con el Observatorio y el Museo Experimental de Ciencias integra el CAM. Desde latitudes como en las que se encuentra Rosario, explicó, “recién empieza a aparecer sobre el horizonte a partir de este viernes”. El objeto estuvo en su punto más cercano al planeta el pasado 1º de febrero, a unos 42 millones de kilómetros, y a partir de entonces comienza de nuevo a alejarse. Su complicado nombre oficial se debe a que fue descubierto en 2022 y por ser el tercer cometa identificado en la primera quincena del mes de marzo. Las siglas ZTF remiten al proyecto Zwicky Transient Facility que lo detectó.

Gerini aclaró que su escasa altura sobre el horizonte en el hemisferio Sur torna difícil el avistaje. En la zona de Rosario, recién se podrá intentar verlo a partir del lunes y hasta aproximadamente el 10 de febrero. A medida que pasen los días, se “despegará” del horizonte, pero esa ventaja será contrarrestada por la pérdida de brillo. Y claro, observarlo no será sencillo. Hay que fijar la vista hacia el norte, pero en la ciudad las edificaciones se interpondrán en la línea de visión. Hay que retirarse de la urbe, en una zona sin contaminación lumínica y, eso sí, con algún instrumento óptico. Mínimo, un binocular o, mejor, un pequeño telescopio. “No hay que esperar un espectáculo majestuoso”, aclaró el técnico del Planetario. Hay que tener cierta experiencia en observaciones astronómicas, porque la luminosidad del cometa estará en el límite de lo visible.

¿Cuál es el mejor horario? A partir de las 21, aunque varía ligeramente según los días. Gerini puso aún más a prueba la voluntad de los entusiastas el explicar que la luz del cometa aparecerá como una fuente pequeña y difusa, distribuida en lo que se denomina la “coma” del cometa, que es la nube de atmósfera a su alrededor generada por la evaporación del hielo de su núcleo por acción de la radiación solar.

El color verde al que debe el nombre popular tampoco podrá verse a simple vista, sí, con suerte, si se cuenta con algún buen instrumento. “Los cometas son así, impredescibles”, consoló el integrante del Planetario. Como para no desalentar el saludable hábito de mirar hacia el cielo, y para compensar las malas nuevas sobre el C/2022 E3, destacó que durante estos días, aproximadamente a partir de las 20.30, y a simple vista, se pueden observar tres planetas, que como se sabe no tienen brillo propio sino que reflejan la luz del Sol. Son, hacia el oeste, el “lucero” Venus. Un poco más hacia el norte, Júpiter, y Marte.