A dicha situación se le suma una extendida sequía que pone en alerta a toda la región ante la posibilidad de incendios y destrucción del humedal
A pesar que todavía los niveles de agua no se asemejen a los que marcaron un piso histórico el verano del 2022, la bajante del río Paraná en Rosario continúa después de dos meses y medio. Durante los últimos 50 días, el nivel de agua descendió aproximadamente 2 metros y medio mientras los especialistas advierten que la situación no mejorará en los próximos dos o tres meses.
Desde El Paraná No Se Toca aseveraron que el escenario actual es “extremadamente preocupante” y sostuvieron que la bajante podría seguir pronunciándose en los próximos meses. Hasta el momento, no hay pronóstico de eventos meteorológicos que indiquen un cambio en esta tendencia que de una tregua a la región.
Jorge Bártoli, integrante de El Paraná No Se Toca, dialogó con La Marca de la Almohada y expresó que la caída del nivel del río implica un retorno a la situación de 2020. En este sentido, señaló que se repite “la falta de lluvias importantes en la zona” y eso “conspira al momento de apagar los focos de incendios en las islas”.
La situación es extremadamente preocupante y según los últimos informes del Instituto Nacional del Agua (INA), no dan cuenta de eventos meteorológicos que puedan revertir la situación en los próximos dos o tres meses”, aseveró.
Según Bártoli, “volvemos otra vez a esa situación de hace tres años, de bajante muy pronunciada por la falta de lluvias importantes en la zona, cuestión que además, conspira al momento de apagar los focos de incendios en las islas”.
En Rosario, precisó que “el Paraná se encuentra en 67 centímetros sobre el cero, y está bajando en toda la cuenca desde las primeras mediciones en territorio argentino que son en Iguazú e Ituzaingó, aguas abajo de Yacyretá”.
Frente a esa situación, Bártoli dijo que se hace “evidente y necesaria la creación de un Comité de Cuencas Internacional, que analice y coordine acciones sobre la erogación de aguas río arriba, de las represas que siguen regulando los caudales”.
En ese contexto, el ambientalista puso de manifiesto el repunte y consecuencias de la bajante del río. “El último repunte del Paraná en Rosario fue a fines de noviembre y principios de diciembre, cuando superó los tres metros de altura”, recordó.
“Eso resultó útil para que ingresaran a lagunas interiores del delta especies de sábalos que desovaron y volvieran a generar el ciclo reproductivo”.
Y añadió: “pero ahora, por la sequía y la bajante, esas lagunas se secaron, los sábalos no podrán completar su ciclo reproductivo y todos desaparecerán”.
Bártoli sostuvo que en ese marco de bajante y sequía “los incendios en las islas continúan, eso es todo el tiempo, y esta última semana, se pudieron ver columnas de fuego frente a Rosario”.
“La situación de bajante del río y la sequía vuelve a ser tan preocupante como la que estuvimos viviendo el año pasado y anteriores. Lamentablemente, no hay margen para ser optimistas”, finalizó.