El fuego que azota la provincia de Córdoba ya arrasó con más de 30 mil hectáreas, afectando gravemente a la región y dejando un saldo de evacuados, casas destruidas y ecosistemas en peligro. Federico Fumiato, concejal y ex candidato a intendente de Capilla del Monte, expresó su preocupación en diálogo con La Marca de la Almohada
La provincia de Córdoba vive su peor crisis de incendios en años, con cuatro focos activos en zonas críticas como Villa Berna, Chancaní, San Marcos Sierras y Ascochinga. Ayer, autoridades informaron que las llamas ya afectaban 30 mil hectáreas, dejando 21 casas alcanzadas por el fuego y obligando a evacuar a más de 400 turistas del Cerro Champaquí. En la zona trabajan más de 700 brigadistas en un operativo que no parece tener tregua. La gravedad de la situación fue reflejada por el concejal Federico Fumiato, quien, en diálogo con La Marca de la Almohada, describió cómo las jornadas de vigilancia y lucha contra el fuego se han convertido en un “asedio total”.
Fumiato, concejal por Vamos Capilla y conocedor del impacto ambiental de los incendios en la región, compartió detalles sobre la situación alarmante que afecta a varios municipios en Córdoba. “Sexta noche, una larga noche que no termina de amanecer porque no dormimos por vigilar y combatir llamas”, indicó, destacando la extrema complejidad del panorama que viven los habitantes. “Son jornadas de asedio total, es difícil de describir las imágenes urbanas al estar rodeados de incendios”, añadió. Su testimonio fue un reflejo de la desesperación que siente la población local ante el avance imparable del fuego.
La región afectada incluye seis municipios y comunas, que están viendo su “equilibrio ecológico, económico y social al borde de la inviabilidad”, según Fumiato. El fuego no solo está devastando los paisajes, sino que está amenazando con desestabilizar una estructura económica que depende en gran medida del turismo y las actividades agrícolas. “Nunca jamás había sucedido algo así”, afirmó el concejal, subrayando el carácter inédito de la crisis que enfrenta la provincia. “Nos deja al borde de la fragilidad en todos los sentidos”, concluyó, mostrando su inquietud por el futuro de la región.
Uno de los temas centrales de la crisis es la intencionalidad detrás de los incendios. Fumiato mencionó que, si bien no se ha probado, “la intencionalidad está, existe”, y destacó que hace un mes y medio se venían denunciando incendios provocados de forma deliberada. Las investigaciones, según él, fueron insuficientes y no se actuó a tiempo para prevenir la catástrofe actual. “Se insistió a fiscalía que investigara, quedaron impunes y terminamos con esto”, explicó, criticando la falta de respuestas ante los primeros indicios.
Hasta el momento, hay dos detenidos en relación a los incendios, aunque, según el concejal, “no son los que iniciaron los focos”. Fumiato relató que estas personas fueron encontradas con bidones de nafta, presuntamente intentando avivar las llamas para propagar el fuego en dirección a las viviendas cercanas. “Es difícil de creer, pero es una modalidad que se utiliza para ‘ordenar’ el territorio”, denunció, señalando una posible lógica criminal detrás de los incendios.
La devastación llegó en un momento especialmente crítico para la región. Días antes del inicio del fuego, los intendentes y jefes comunales de la zona se habían reunido para discutir un plan de reordenamiento de la cuenca hídrica, en busca de soluciones a largo plazo para el manejo del agua y la preservación del ecosistema. “Un día antes del lanzamiento de ese programa se inició el fuego que se llevó puesta toda la sierra, quedó pelada”, relató Fumiato, evidenciando la magnitud del daño.
El concejal insistió en que la única manera de gestionar el territorio es a través del Estado, en coordinación con comunidades, organizaciones científicas y universidades. “Acá u ordena el territorio el Estado o lo hace el mercado con modalidades criminales, cada día peores pero confesas por ellos mismos”, aseveró. Su visión apunta a un conflicto latente entre las políticas públicas de conservación y las prácticas privadas de ocupación del territorio.
En cuanto al futuro, el panorama no es alentador. Fumiato describió cómo durante la noche pasada, él y otros vecinos vigilaban “dos frentes por el este y oeste, que son columnas de 30km de fuego, que van y vienen según las acciones y los vientos”. Los recursos, aseguró, no son suficientes para enfrentar una crisis de esta magnitud. “Los recursos no dan abasto, se fueron bajando presupuestos”, denunció. En este sentido, criticó la reducción en el presupuesto destinado a la lucha contra incendios durante la gestión de Javier Milei. Según Fumiato, “el gobierno de Milei aplicó apenas el 24% del presupuesto para la lucha contra el fuego”, lo que dejó a las brigadas en una situación precaria frente a la magnitud del desastre.