Román Guajardo, presidente de la Unión Industrial Región Rosario y Pro tesorero de Fisfe (Federación Industrial de Santa Fe), habló sobre el tema de las privatizaciones, los biocombustibles y el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (Rigi)
La pertinencia de la preocupación es clara: “Rosario no es solo la región de la provincia con más establecimientos industriales sino el departamento del país con más densidad”, puso en contexto Guajardo.
En diálogo con el programa Apuntes y Resumen mientras en la Cámara de Diputados se debatía el podado mega proyecto de ley Bases enviado por el Gobierno de Javier Milei, el referente industrial recalcó que, más allá del retiro del capítulo de retenciones a las economías regionales o las idas y vueltas sobre la producción de biodiesel, aspectos sensibles para Santa Fe, Fisfe “no baja la guardia” sobre otros aspectos del extenso texto, que de los más de 600 artículos originales quedó con un poco más de 300 aunque con gran confusión respecto de lo que se trataba en el recinto.
Guajardo recordó que las preocupaciones de la entidad industrial fueron comunicadas a los diputados nacionales por Santa Fe que participan de la sesión, y también a los senadores provinciales.
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Otros de los puntos de preocupación para los industriales son las privatizaciones, tanto por la enormidad de empresas incluìdas como por la pretensión oficial de que se apruebe ese capítulo en bloque y sin una discusión adecuada a la importancia de la iniciativa y sus efectos. En ese punto, reclaman que cada una de las propuestas de enajenación estatal se trate por separado con los profundos debates necesarios, que además incluyan a todos los actores que tengan algo para decir. Porque se trata, enfatizó Guajardo, de empresas que insumieron mucho tiempo crear. Es necesario, agregó, buscar consensos amplios que permitan decisiones sensatas, porque todas tienen potenciales impactos a corto y largo plazo.
Otro de los ejes transmitidos a los legiladores es el del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), también introducido en la ley ómnibus y que afecta a las pymes. El tercero, sin agotar la lista, es el de los biocombustibles, que tras idas y vueltas no queda claro en qué decantó y afecta a la provincia con más pymes productoras.
Sobre el estado del sector, el referente de Fisfe aclaró que en la región del Gran Rosario y en la provincia ya vienen de un 2023 duro. En parte, por el impacto de la sequía, porque Santa Fe, dijo, tiene una fuerte dependencia del sector primario. Y a pesar de la fuerte industrialización, ésta se da sobre una matriz muy primarizada, más que la del promedio nacional.
Otro factor que los afectó fueron las restricciones a las importaciones y, por último, el desconcierto político derivado del proceso de las elecciones, que inhibió la toma de decisiones dada las muy diferentes y hasta antagónicas propuestas en juego por los espacios políticos.
El 2023, en ese escenario, dijo Guajardo, culminó con un 8% de caída de la actividad industrial. Del mes que agoniza, enero, aún no tienen datos oficiales, pero algunos indicios de que el panorama es oscuro surgen del consumo de energía eléctrica con tendencia a la baja. Y la sensación que les transmiten los colegas respecto a un primer mes del año peor que los anteriores. A eso se suma una expectativa poco optimista luego de que tanto el presidente Javier Milei como su ministro de Economía, Luis Caputo, admiten que el efecto de las medidas que están tomando será una caída de la actividad sin correlato en la morigeración de las altos niveles de inflación durante los próximos meses.