Juan Bautista Leoni, antropólogo de la UNR, habló en ABC sobre el trabajo interdisciplinario que realizaron en el archipiélago junto a arqueólogos, historiadores y excombatientes
Investigadores de distintas áreas encolumnados en el proyecto interdisciplinario de la antropóloga social e investigadora del Conicet, Rosana Guber, viajaron junto a tres veteranos de guerra a las Islas Malvinas para realizar un mapeo del territorio y mantener la causa y la reivindicación de los excombatientes. Antropólogos, arqueólogos, historiadores y militares integraron el equipo que llevó adelante el proyecto interdisciplinario denominado “Los rostros y la savia de la Guerra de Malvinas”. Juan Bautista Leoni, uno de los integrantes, dio detalles en contacto con ABC.
El antropólogo de la Universidad Nacional de Rosario contó que durante la semana del 11 al 18 de noviembre un equipo que integra junto a otros investigadores y tres veteranos argentinos, viajó a las islas “con el fin de analizar el territorio, realizar un trabajo de mapeo, registro de lugares y restos de la guerra, estudiar cuestiones de mando y logística, y obtener, de esa forma, una visión optimizada desde el plano arqueológico, ya que no está permitido realizar excavaciones en ese terreno ni retirar objetos”.
Los ejes de la investigación fueron dos combates de los más influyentes en el desarrollo de la guerra, últimos bastiones argentinos en la guerra: “Se trata del que se llevó adelante en el Monte Longdon, y el del Monte Tumbledown. Fueron elegidos porque ahí se dieron los combates más reñidos de esa batalla final, reconocido también por los ingleses que sufrieron bastantes bajas en esos combates”, explicó.
La diferencia fundamental, aclaró, es que en el monte Longdon “pelearon mayormente tropas del Ejército, aunque también hubo infantes de Marina, y en Monte Tumbledown hubo mayoritariamente infantes de Marina, pero también tropas del Ejército. Entonces el proyecto apunta a comparar estos dos combates y básicamente cómo se desempeñaron las tropas del Ejército y la infantería de Marina en cada uno de ellos”.
En ese sentido, destacó el aporte que brindó la participación de los veteranos de guerra: “En el proyecto participan varios veteranos, tres viajaron en esta ocasión. Dos de ellos estuvieron en el combate de Monte Longdon, entonces lo que se hizo con ellos fue reconstruir sus experiencias espacialmente, o sea recorriendo los trayectos que hicieron y marcando todo lo que hay en el camino, registrando todo”, relató.
Al respecto, dijo que fue “una vivencia muy emocionante porque revivían su experiencia de hace 42 años como si fuera ayer. Uno de ellos había estado esos dos meses viviendo en el monte Longdon antes del combate, así que lo conocía y siendo suboficial tenía la oportunidad de moverse bastante, entonces tenía un conocimiento muy preciso de los distintos lugares y eso cambia todo, porque saber con nombre y apellido cuando uno está viendo la trinchera donde estaba cada soldado. Eso le añade otra dimensión completamente distinta, la humaniza. Le pone carne y hueso a muchos lugares de estudio arqueológico”, detalló.