Con el dólar paralelo en la mira y movimientos bursátiles, la transición presidencial se desarrolla en un lapso breve, mientras el Gobierno saliente busca estabilizar la economía. Marco Kofman, del Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía (MATE), analizó las complejidades
Tras el feriado correspondiente al Día de la Soberanía, los mercados locales abren hoy con un nuevo panorama: Javier Milei asume como presidente electo. La atención se centra en el comportamiento del dólar paralelo, que cerró el viernes pasado en $950 y ahora se espera que experimente movimientos. Con 13 días hábiles restantes para la transición, el actual Gobierno busca estabilizar la economía.
Ayer, las acciones de empresas argentinas en la bolsa de Wall Street registraron incrementos notables, alcanzando subidas de hasta el 40%. Este repunte estuvo impulsado principalmente por YPF, que anotó la mayor subida diaria en su historia.
En el ámbito de las políticas económicas, el Ejecutivo extendió hasta el final de su mandato el Programa de Incremento Exportador. Esta medida permite a los exportadores liquidar el 50% de sus ventas al Contado con Liquidación (CCL), equivalente a un dólar. Se espera que esta acción fortalezca las reservas de divisas del Banco Central antes del cambio de gobierno.
El dólar cripto, que no deja de operar, mantuvo su cotización por debajo de los $1.000 durante la noche anterior, mostrando una relativa estabilidad en este segmento del mercado.
En una entrevista con La Marca de la Almohada, Marco Kofman, economista e integrante del Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía (MATE), destacó la incertidumbre económica y el corto tiempo disponible para la transición. Señaló que la fragilidad económica no es reciente, sino que se arrastra desde la gestión anterior, destacando la deuda y la fuga durante el mandato de Mauricio Macri como factores determinantes.
Kofman también abordó la caída salarial de los últimos ocho años en Argentina, señalando que, al disminuir los salarios, aumenta la brecha entre ganancias y sueldos. Este desequilibrio implica una transferencia de ingresos que dejan de ser salarios para convertirse en ganancias, y estas últimas buscan resguardarse en dólares, generando tensiones en la economía.
El economista comparó la situación actual con la de 2015, destacando que, a pesar de ciertas similitudes, la falta de crecimiento en la inversión empresarial ha llevado a la acumulación de ganancias, algunas de las cuales se refugian en instrumentos como las Leliqs, contribuyendo a la complejidad del entorno económico.