Daniela, la mamá, dialogó con Apuntes y Resumen y contó la historia de padecimiento de su hija. “Existe ausencia y falta de intervención de la justicia”, dijo y señala que la menor “no vive como una niña de seis años y es obligada a estar con su padre que sufre adicciones”.
Apuntes y Resumen fue testigo de una historia de padecimiento de una niña de seis años contada por su madre, Daniela quien contó la historia que se encuentran viviendo y denuncia la “ausencia y falta de intervención por parte de la justicia”.
Daniela contó que vivió durante 7 años en Rosario junto al “progenitor” (como lo llama) de su hija. “Nos separamos y crie solo a mi hija regresando a Rufino (su ciudad natal) para darle mayor seguridad y calidad de vida”, comienza el relato.
Luego de un tiempo le llega una orden judicial en la que la denuncian por sustracción de menores y el padre se lleva a la nena de nuevo a Rosario. “Él tiene problemas de adicciones y denuncias por violencia de género, vive en una pensión y lleva a mi hija a su trabajo que es una parrilla con la que se queda hasta las 2 de la madrugada en el lugar”, afirma.
Daniela cuenta que la jueza María José Campanella que trabaja en el Tribunal Colegiado de Familia Nº 3 de Rosario consideró que “él no estaba de acuerdo con que la niña viva en Rufino. Yo llevé pruebas de las denuncias que tiene por violencia y pensé que la nena iba a regresar conmigo, pero no fue así y me dieron la opción de regresar yo a Rosario o sino que de lunes a viernes esté con él y desde el viernes hasta el domingo conmigo; cosa que el progenitor no cumplía del todo”.
“Hace 15 días pasó algo terrible, la nena tenía varicela y él la manda al colegio igual. Cuando yo llegué a verla un día pensé que tenía hongos en la cabeza y cuando llego a la guardia me dicen que es varicela”, dijo.
Después de eso “manda a la nena en remis a mi casa de Rufino con un masculino sola, sin DNI y sin avisarme que iba a ir con un remisero”.
“Mi hija no hace una vida de una nena de seis años, el padre la maltrata según lo que dicen sus compañeritas de clase y yo no puedo verla ni por videollamada y el domingo a la mañana voy a su trabajo con el 911 y recién allí el me dio a la nena”.
Segú cuentan desde la escuela la nena está triste y angustiada pidiendo por estar con su madre.