Con tres casos confirmados en la zona de islas, expertos advierten sobre el comportamiento agresivo de las palometas debido a las altas temperaturas y el bajo nivel del río Paraná. Recomiendan medidas preventivas para evitar mordeduras en las playas
La ola de calor que afecta a Rosario y la región trajo consigo un nuevo problema en las costas del río Paraná: la aparición y ataques de palometas. Este fin de semana se confirmaron tres casos en la zona de islas frente a la ciudad, según reportó el Centro Integrado de Información Sanitaria, lo que ha encendido las alarmas en las autoridades y especialistas.
Bárbara Bercovich, directora del Acuario del Río Paraná, explicó en diálogo con La Marca de la Almohada que las palometas, una especie de pez común en la cuenca del Paraná, suelen alterar su comportamiento con las altas temperaturas y la disminución del nivel del agua. “Las altas temperaturas incrementan su actividad y voracidad. Son animales poiquilotermos, es decir, su temperatura corporal depende del ambiente, por lo que en días calurosos se vuelven más agresivos”, afirmó.
Los recientes ataques ocurrieron en sectores con baja profundidad, donde el calor del agua es más intenso y el alimento natural escasea. En dos de los casos, los afectados sufrieron heridas leves en pies y piernas, mientras que el tercero requirió atención médica por una mordedura profunda. Aunque el municipio confirmó que no se han registrado ataques en las playas de la costanera rosarina, las autoridades instan a los bañistas a extremar precauciones.
La especie que más frecuentemente protagoniza estos incidentes es la palometa brava (Serrasalmus maculatus), aunque también están presentes la palometa mora (Pygocentrus nattereri) y la palometa picuda (Serrasalmus marginatus). Bercovich subrayó el rol ecológico de estas especies, que se alimentan de peces débiles o muertos, pero alertó que su agresividad aumenta cuando se sienten amenazadas o durante su época de reproducción.
Para prevenir ataques, se recomienda evitar zonas con presencia de cebaderos, mantenerse alejados de los nidos y ser cautelosos en áreas con agua caliente y poco profunda. “Si se advierte la presencia de palometas, lo mejor es no ingresar al agua. Es fundamental que los bañistas presten atención al comportamiento de la fauna y eviten conductas que puedan atraerlas, como dejar restos de comida o pescado cerca de la costa”, añadió Bercovich.
En tanto, las autoridades municipales confirmaron que continúan monitoreando las playas rosarinas para garantizar la seguridad de los bañistas. Además, han intensificado los controles en las zonas más concurridas durante la temporada estival.
El fenómeno no es nuevo para Rosario y sus alrededores, pero la combinación de calor extremo, baja profundidad del río y alta afluencia de visitantes en las islas incrementa el riesgo. “Las condiciones actuales del Paraná son ideales para la proliferación de las palometas y su interacción con los humanos. No se trata de grandes depredadores, pero sus mordeduras pueden causar lesiones dolorosas e infecciones si no se tratan a tiempo”, agregó la especialista.
Los expertos también destacaron la importancia de educar a la población sobre la coexistencia con la fauna del río. “Debemos entender que estos peces cumplen un rol clave en el ecosistema, eliminando a los individuos más débiles y contribuyendo al equilibrio ambiental. El problema surge cuando nuestras actividades interfieren con su hábitat”, concluyó Bercovich.