La Conadu Histórica advirtió que los docentes y trabajadores no docentes han perdido más del 50% de su poder adquisitivo en el último año. La secretaria general Francisca Staiti criticó la falta de voluntad política del Gobierno para discutir en paritarias y auguró un año complejo para las universidades por la ausencia de presupuesto

La Conadu Histórica, sindicato que representa a docentes universitarios y personal no docente, expresó su rechazo al aumento salarial del 1% impuesto por decreto para diciembre, calificándolo de insuficiente frente a una inflación acumulada del 166%. Según el gremio, las decisiones unilaterales del Gobierno nacional han profundizado la crisis del sector, generando una pérdida salarial superior al 50% desde noviembre de 2023.
Francisca Staiti, secretaria general de la organización, señaló que esta dinámica de decretos y falta de diálogo real en las paritarias refleja una clara falta de voluntad política para atender las necesidades de los trabajadores universitarios. “El Gobierno reconoció la pérdida salarial del 40%, pero nunca presentó un programa para su recuperación. Con el reconocimiento no alcanza”, afirmó.
Staiti destacó que a lo largo del año las reuniones paritarias fueron ineficaces, ya que los aumentos salariales terminaban siendo impuestos unilateralmente. “En meses como junio, julio y desde octubre hasta ahora, los incrementos fueron directamente decretados. Esto es un atropello a la negociación colectiva”, denunció.
Con el último aumento del 1%, los trabajadores quedaron un 1,4% por debajo del Índice de Precios al Consumidor. “Lo que exigimos es simplemente empatarle a la inflación. Este esquema de parches no garantiza condiciones dignas para los docentes ni el personal universitario”, insistió la dirigente.
Pese al panorama adverso, Staiti resaltó los logros obtenidos a través de las marchas nacionales realizadas en abril y octubre. “La movilización de abril logró un aumento del 260% en el presupuesto universitario, permitiendo que las universidades llegaran a fin de año. En octubre, conseguimos destrabar la garantía salarial para un sector amplio de trabajadores, aunque seguimos lejos de recuperar el poder adquisitivo perdido”, explicó.
Sin embargo, la referente gremial subrayó que estos avances fueron insuficientes. “Aunque en octubre hubo una recomposición salarial por encima de la inflación, no alcanzó para revertir el fuerte deterioro acumulado. Fue un logro parcial dentro de un contexto de ajuste brutal”, indicó.
Staiti describió la precaria situación salarial de los trabajadores universitarios. Un docente con una carga horaria de 20 horas semanales y más de diez años de antigüedad percibe un salario de bolsillo de $420.000, mientras que aquellos con la máxima dedicación (40 horas) ganan entre $1.800.000 y $2.000.000. “Estos ingresos no reflejan las exigencias ni la responsabilidad del trabajo docente, especialmente en un contexto inflacionario que impacta directamente en el poder adquisitivo”, criticó.
Además, advirtió que la falta de un presupuesto para 2025 complicará aún más el funcionamiento de las universidades. “El año que viene será un gran desafío tanto en términos salariales como operativos. Sin recursos asignados, las universidades enfrentarán serias dificultades para mantenerse”, expresó.
La secretaria general valoró la organización lograda en 2024 como un capital importante para los conflictos venideros. “Hemos conformado el Frente Sindical de Universidades Nacionales, uniendo fuerzas con rectores y estudiantes. Esa unidad será clave en 2025 para enfrentar los desafíos que traerá un presupuesto reconducido y políticas de ajuste”, reflexionó.
Finalmente, Staiti instó al Gobierno a cambiar su actitud hacia los trabajadores universitarios. “Sin inversión en educación pública ni políticas de recuperación salarial, las universidades no podrán cumplir su función social ni garantizar condiciones dignas para sus trabajadores. Seguiremos luchando para que esto cambie”, concluyó.