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Yamandú Orsi lideró la primera vuelta en Uruguay y se enfrentará a Delgado en balotaje

El Frente Amplio ratificó su liderazgo en las urnas y posicionó a su candidato, Yamandú Orsi, como favorito para la segunda vuelta en las elecciones presidenciales de Uruguay, a realizarse el 24 de noviembre. El Partido Nacional, con Álvaro Delgado como aspirante, buscará aliarse con fuerzas minoritarias en un balotaje que se prevé sumamente ajustado.

Yamandú Orsi, candidato del Frente Amplio, cerró la primera vuelta de las elecciones presidenciales uruguayas con un 45,96% de los votos, colocándose en una posición de ventaja frente a su principal contendiente, Álvaro Delgado, del Partido Nacional, quien obtuvo el 28,44%. Con el 95% de los circuitos escrutados, la votación dejó en claro la solidez del Frente Amplio, que también alcanzó la primera minoría en ambas cámaras del Parlamento, lo que le permitiría tener un rol clave en la Asamblea General y el Senado, aunque sin una mayoría absoluta.

El periodista uruguayo Alejandro Puig analizó el escenario en diálogo con La Marca de la Almohada y destacó la competitividad de esta elección, asegurando que “el 1% ‘de oro’ será determinante para definir la presidencia”. Ese 1% equivale a cerca de 30.000 votos, un margen estrecho en un país de pocos habitantes, pero suficiente para inclinar la balanza.

En la conformación de la Asamblea General, el Frente Amplio logró consolidarse como la fuerza más importante, al obtener la mayoría en el Senado con 15 bancas, mientras que el Partido Nacional y el Partido Colorado alcanzaron 9 y 5 escaños, respectivamente. Carolina Cosse, candidata a la vicepresidencia del Frente Amplio, tendría en sus manos el voto decisivo en caso de empate en el Senado, lo que potenciaría el control del Frente sobre la cámara alta.

“Ya anticipábamos que ninguno de los dos candidatos principales lograría el 50% en esta primera vuelta”, explicó Puig, aclarando que el resultado ratificó las previsiones de una competencia reñida y la consolidación del Frente como primera fuerza en el Parlamento. En la Cámara de Diputados, el Frente Amplio obtuvo 48 bancas, mientras que el Partido Nacional sumó 29 y el Partido Colorado 17.

Puig destacó la importancia de los movimientos de alianzas para la segunda vuelta. En 2019, recordó, Lacalle Pou se valió de una coalición con varios partidos minoritarios que finalmente le otorgaron la victoria. Esta vez, el apoyo de candidatos como Andrés Ojeda, del Partido Colorado, y César Ríos será crucial para el Partido Nacional en la disputa contra Orsi.

El analista también comparó los perfiles de los candidatos. “Delgado es el delfín del actual presidente, Lacalle Pou, y ha demostrado habilidad en su rol de Secretario de Presidencia, especialmente durante la gestión de la pandemia”, señaló Puig, enfatizando su capacidad ejecutiva y su perfil de administrador eficiente. En cambio, Orsi, ex intendente de Canelones y profesor de historia, viene de una formación docente y ha cultivado una imagen de gestor con gran vínculo en su territorio, destacándose en iniciativas de desarrollo local.

Ambos candidatos, aunque de trayectorias y estilos distintos, comparten una característica: no se destacan como grandes oradores, sino como figuras que priorizan la gestión y la administración pública. Este rasgo común podría influir en la manera en que aborden el tramo final de la campaña y busquen capturar el voto de los indecisos.

El Frente Amplio, a pesar de su ventaja en el Parlamento, no cuenta con la mayoría suficiente en Diputados para evitar alianzas si desea avanzar en sus propuestas. Esto pone en relieve la importancia de la presidencia para ejecutar su agenda de manera efectiva. Por otro lado, el Partido Nacional, aunque no obtuvo un resultado favorable en la primera vuelta, cuenta con la experiencia de Lacalle Pou en la formación de alianzas, una estrategia que esta vez dependerá de la habilidad de Delgado para captar el apoyo de partidos minoritarios.

“Es probable que los partidos minoritarios se sumen al Partido Nacional, como ocurrió en 2019, pero esto no garantiza automáticamente la victoria de Delgado”, señaló Puig, quien sugirió que la estrategia del Partido Nacional consistirá en recuperar el respaldo de sectores conservadores y desencantados con la gestión de izquierda.

Para el Frente Amplio, mantener la cohesión interna y asegurar el respaldo de los votantes de izquierda será clave en el balotaje. El apoyo de sectores independientes, en especial de jóvenes y ciudadanos urbanos, podría resultar decisivo, al tiempo que los esfuerzos del Partido Nacional se concentrarán en atraer al electorado más moderado.

El próximo 24 de noviembre, Uruguay vivirá un balotaje decisivo, no solo para definir al sucesor de Lacalle Pou, sino también para determinar la orientación política del país y la región.