Los trabajadores de la planta de John Deere en Granadero Baigorria manifestaron su preocupación por los despidos que, según ellos, nunca dejaron de ocurrir. Jorge, uno de los empleados afectados, declaró que “los despidos nunca cesaron, cada día nos enterábamos de algo”. Esta situación generó un ambiente de constante inseguridad entre los empleados, quienes denunciaron la falta de transparencia y comunicación por parte de la empresa
Los trabajadores de la planta de John Deere en Granadero Baigorria manifestaron su preocupación por los despidos que, según ellos, nunca dejaron de ocurrir. Jorge, uno de los empleados afectados, declaró que “los despidos nunca cesaron, cada día nos enterábamos de algo”. Esta situación generó un ambiente de constante inseguridad entre los empleados, quienes denunciaron la falta de transparencia y comunicación por parte de la empresa.
El lunes pasado, varios trabajadores se reunieron en las puertas de la planta para expresar su malestar. Ana, una operaria con más de diez años en la empresa, afirmó que “las condiciones laborales fueron empeorando con el tiempo, y los despidos eran la consecuencia de esa degradación”. Según Ana, la incertidumbre se convirtió en la norma, y los rumores de despidos corrieron como pólvora por los pasillos de la fábrica.
Otro empleado, Carlos, quien trabajó en el área de mantenimiento, comentó que “nos decían que no había despidos programados, pero al día siguiente veíamos compañeros que ya no estaban”. Esta falta de información oficial por parte de John Deere creó un ambiente de miedo y desconfianza, que afectó no solo a los despedidos, sino también a los que seguían trabajando.
María, quien era parte del personal administrativo, relató que “hubo compañeros que fueron despedidos sin previo aviso, y eso generó mucha angustia”. Ella añadió que, aunque se habían acercado a los directivos en varias ocasiones, nunca obtuvieron respuestas claras sobre el futuro de sus empleos.
Desde hace meses, la planta de John Deere en Granadero Baigorria experimentó un proceso de ajuste que incluyó la reducción de su plantilla laboral. Aunque la empresa alegó que estos cambios eran necesarios para enfrentar las fluctuaciones del mercado, los empleados denunciaron una falta de diálogo y explicaciones sobre los despidos que se realizaban.
Hasta el momento, John Deere no emitió un comunicado oficial respecto a estas denuncias. Sin embargo, fuentes cercanas a la compañía aseguraron que los despidos formaron parte de una reestructuración interna planificada para mejorar la eficiencia y reducir costos.
El goteo constante de despidos no solo afectó a los trabajadores de la planta, sino también a la comunidad de Granadero Baigorria. Muchas familias vieron reducidos sus ingresos de manera drástica, y comercios locales reportaron una disminución en sus ventas. “Es una cadena que nos golpeó a todos”, expresó un comerciante local.
Los representantes sindicales convocaron a una serie de reuniones y protestas para exigir respuestas de la empresa y asegurar el futuro de los empleados restantes. “No podemos permitir que sigan despidiendo gente de esta manera”, declaró uno de los delegados. Según él, el sindicato estaba dispuesto a llevar adelante acciones más contundentes si la situación no cambiaba.