El licenciado en Comunicación Social y especialista en Comunicación Política Martín Ostolaza repasó el trabajo de la empresa enfocada en el estudio de opinión pública que dirige. Polarizaciones respecto de las tres gestiones, pero con marcadas diferencias que posicionan mejor al gobernador y en peor lugar al intendente
En diálogo con el programa Apuntes y Resumen, Ostolaza explicó que el trabajo de Innova tuvo dos grandes objetivos: sondeo de las opiniones de los rosarinos sobre la actualidad política y sobre el clima social, sobre todo en su dimensión económica. La encuesta fue realizada entre el 18 y 19 de mayo últimos a 402 rosarinos mayores de 16 años elegidos en una forma aleatoria que reflejara las representatividades de la población.
Es la primera encuesta del año, señaló, y la que siguió a las previas a las elecciones de 2023, para evaluar cómo impactan los cambios políticos y socioeconómicos en las sensaciones y el humor de los vecinos de Rosario.
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Para el director de Innova, Rosario es en muchas ocasiones un buen termómetro de las percepciones políticas de la Argentina, porque los resultados locales se pueden extrapolar al escenario nacional sin muchas variaciones.
La medición de la imagen del presidente, señaló, está casi partida al medio respecto entre buena y mala imagen, aunque dentro de esos dos grandes grupos se diferencias matices.
Un apartado del sondeo proponía seis preguntas: cómo evaluaba el entrevistado la evolución de su situación económica a partir de la llegada de MIlei a la presidencia, y cualquiera fuese la respuesta, si aprobaba o no al presidente. En ese punto, un 22% respondió que había desmejorado pero aún así mantenía el respaldo al líder autodefinido como anarco capitalista.
La incógnita del millón es cuánto tiempo más durará ese acompañamiento si se mantiene la tendencia de deterioro de los ingresos familiares, el temor al desempleo y otros factores.
El especialista evaluó que en ese 43% cuya economía personal está peor o a lo sumo igual, pero aun así mantiene su respaldo al presidente, pueden primar otros ejes como el político, por la mala imagen de las oposiciones, la impronta carismática de Milei, la necesidad de confiar pasados apenas seis meses de gobierno, entre otros.
Otro dato singular que arrojó el sondeo, rescató Ostolaza, es que los vecinos de la ciudad sienten más miedo frente a lo que sucede en Rosario que en relación a los escenarios provincial y nacional.
Este apartado marca un quiebre, explicó: en sondeos anteriores, la sensación que punteaba las respuestas era “incertidumbre”. En la última, el podio se lo lleva la más dramática del “miedo”. Esto, claro, marcado por lo que producen los hechos violentos de los últimos años en el territorio.
En la ciudad, además, y en contraposición con la visión de los paisajes provincial y nacional, no se cuela la “esperanza” como sentimiento positivo. Las primeras cuatro respuestas en porcentaje son de percepciones negativas.
Lo anterior se acompasa, a su vez, con una opinión negativa de la gestión local, que se aparta del empate en lo nacional y de la buena opinión sobre la provincial.
