Los inconvenientes de las divisiones etarias, lo que pone en agenda la irrupción del fenómeno libertario, el protagonismo nuevo de las chicas y chicos en las últimas elecciones, la reflexión a la que obliga a los espacios de representación tradicionales. Un debate desde diferentes posicionamientos en el estudio de Radio Universidad
De la Tertulia de este viernes participaron Gino Pagani, estudiante de Ciencia Política en la UNR y militante socialista, Tomás Alesso, militante de Ciudad Futura, Milagros Rodríguez, vicepresidenta de la Juventud del PRO en Santa Fe, Victoria Moreno, del Partido del Trabajo y el Pueblo en el Frente Amplio por la Soberanía. Junto a ellos, Federico De Cechi, presidente de la Juventud Radical de Rosario, y Patricio Sánchez, secretario general de la Juventud Peronista de Rosario. Invitaron a La Libertad Avanza para que se sume a la mesa, pero no hubo respuesta.
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Tomás abrió la conversación. Planteó que la juventud no solo debe ser entendida como una cuestión etaria sino pensada sobre todo como proyectos jóvenes, generacionales. Y allí agregó: como el que pretende representar su espacio, Ciudad Futura. Porque, argumentó, hay muchos jóvenes que están haciendo política tradicional y a eso lo que hay que contraponer es la imaginación, los sueños, el incentivo de pensar lo nuevo.
La crisis de las formas tradicionales, siguió Tomás, se evidenció en los últimos ocho años con la falta de respuestas que, en aquellos que no tienen la edad para comparar con otros períodos, facilitó la victoria de Javier Milei en las elecciones presidenciales. Fue el que invitó a romper con un presente que para muchos estaba agotado, aún cuando su proyecto ya fue implementado en el país con resultados funestos para las mayorías.
Victoria cuestionó la hipótesis de que los jóvenes son los responsables del triunfo de Milei. El principal problema que los atraviesa, contrapuso, es la ausencia de una perspectiva de futuro. Está clausurada, por ejemplo, en la posibilidad de tener una vivienda propia. La aspiración posible es conseguir un trabajo, mantenerlo, y a veces buscar otro para sumar ingresos mínimos. Un horizonte mezquino.
La propuesta de este gobierno, señaló Victoria, más allá de la seducción inicial, se va circunscribiendo a un rumbo antipopular que se busca consolidar con la ley Bases, que parece, estimó, un movimiento de revancha contra lo conseguido en materia de derechos en las últimas décadas. Lo que surge de ese paisaje, agregó, ya no es la apuesta por desarrollarse en el país sino la de irse, aún cuando esa opción también está vedada a muchos.
Con todo, rescató la marcha universitaria como un hito que pone un techo a las pretensiones del modelo libertario.
Milagros volvió sobre el papel relevante de la juventud en las últimas elecciones, y eso remite al relegamiento con el que la terminaron apartando los partidos políticos tradicionales. Ahora, continuó, se plantó en las urnas y obliga a una revisión que interpela a todos los espacios.
Incluyó en esa necesidad a su partido, el PRO, que aunque no tiene la trayectoria del radicalismo y el peronismo sí gobernó y tiene armados territoriales que no dieron cuenta del fenómeno y le impidieron representar ese impulso de cambio profundo que terminó expresando La Libertad Avanza.
Federico se sumó con un planteo de revisión de las edades en cuando a cómo se considera la juventud en el universo político partidario, porque en ocasiones –acotó– separa necesidades e inquietudes que son comunes con otros grupos etarios. Hasta dónde y con qué criterios, dejó asentada la pregunta.
Lo que se expresó en la Argentina con el encumbramiento de MIlei, evaluó, es lo que ocurre cada cierto tiempo: una patada al tablero que es transversal a las edades y a las posiciones políticas. No obstante, aclaró que se da en un momento que difiere en cuanto a los actores sociales: no son los mismos que en otro gran momento disruptivo como fue el de 2001.
Sobre la ley Bases ya introducida en el diálogo, la describió como otra manifestación de la tuiterización de la política. Es el paradigma por el cual se piensa razonable encajar en el título de una mega ley una enorme cantidad de reguilaciones sobre un inmenso universo de cuestios imposibles de abarcar y debatir en los plazos que pretende el oficialismo.
El modo de manejo del Gobierno, abundó9 en el mismo sentido, es parte de la confución entre el respaldo del voto para la representación y un vía libre delegativo sin rendición de cuentas.
Patricio arrancó con una frase: “Hay jóvenes viejos y viejos jóvenes”. Volvió así sobre la puesta en cuestión de los límites etarios fundados sólo en la fecha de nacimiento.
Si en el diagnóstico de un reclamo de cambio que encumbró a la propuesta libertaria se puede coincidir, siguió, estimó que lo “nuevo” que proponía el espacio libertario ya se diluyó porque el modelo y los ejecutores provienen de lo que precisamente denostaba. Lo que resta, entonces, es diseñar una salida.
Lo disruptivo, en todo caso, se circunscribe a los modos. Y en ese sentido, añadió que los partidos o fuerzas políticas con trayectyoria deben encontrar formas nuevas de interpelación e incluso construcciones que superen los esquemas tradicionales que ya no sintonizan con espacios sociales profundamente transformados.