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Pese a mensajes xenófobos y campañas de desprestigio, asoma la gran movilización del 23A

El rector de la UNR, Franco Bartolacci, se refirió a los ataques recibidos por la presidenta de la FUR y los sistemáticos mensajes oficiales y en redes que buscan desprestigiar al sistema público de estudios superiores en un intento por legitimar socialmente su desfinanciamiento

Fotos: gentileza Juan José García.

 

Este martes asoma una marcha en defensa de las universidades nacional inédita por su diversidad etaria y sectorial: los rectores de las casas de estudio y los estudioantes referenciados en la Federación Universitaria Argentina (FUA), más los gremios docentes y no docentes y el acompañamiento de la CGT, la CTA y organizaciones sociales, más la previsible adhesión de ciudadanos sin referencias orgánicas le otorgan un estatus especial a la marcha que confluirá en la Plaza de Matyo porteña.

El propio Gobierno nacional aglutinó solidaridades con su persistente desfinanciameitno de la educación superior, como también lo hace con los otros niveles y con el sistema de ciencia y técnica nacional. Ante la inminencia de la masiva convocatoria, recurdecieron los mensajes de odio, en algunos casos, y descalificatorios, a la par que anuncios sin anclaje real, tendientes a diluir la expresión de rechazo a las actuales políticas públicas para el sector.

En diálogo con el programa Apuntes y Resumen, el rector Bartolacci se refirió a los ataque en redes sociales contra la presidenta de la Federación Universitaria de Rosario (FUR), Flor del Alba Cruz Valdez, quien tras expresar activamente la convocatoria al acto del martes 23 fue blanco de agresiones a través de redes sociales, de fuerte tenor xenófobo y racista, apoyadas además en desinformaciones.

“Lo de Flor es doloroso e injusto”, sintetizó el rector. “Es una extraordinaria estudiante, una excelente compañera y mejor persona”, definió a la estudiante de Ciencia Política. A juicio de algunos que en su mayoría se esconden en una cuenta falta, reflexionó Bartolacci, cometió el “delito” de haberse venido a vivir a la Argentina a los 8 años porque su madre, nacida en República Dominicana, se enamoró de un argentino. Y siguió: “Hizo toda la escuela pública en el país, emprendió una carrera universitaria y se comprometió con sus compañeros al punto de ser elegida presidenta de la FUR”, marcó sobre sus méritos.

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A la par del caso puntual, el rector destacó que esos mensajes describen un mundo y un país en el que cuesta mucho reconocerse en las diferencias, una diversidad “que da sentido a la vida en comunidad”. Por eso, señaló la necesidad de empezar a debatir qué pasa con las redes sociales, que habilitan publicaciones que nos dibujan un país irreal porque, evaluó, “cuesta pensar que haya una mayoría de argentinos xenófobos y racistas”. Las plataformas digitales, cerró, tienen un diseño que habilita que “cualquiera puede decir cualquier cosa amparado en el anonimato y con desprecio por los datos objetivos”.

En paralelo con el ataque puntual a Flor del Alba, Bartolacci aludió a la serie de afirmaciones oficiales o de allegados al oficialismo respecto de las universidades nacionales. No son casualidad ni ingenuas, apuntó. “Hay una intencionalidad” dirigida a desprestigiar las casas de estudios superiores, dijo, como antes se hizo con el sistema de ciencia y técnica. Y ello, para legitimar el desfinanciamiento a las que las somete la gestión del presidente Javier Milei.

Sobre las descalificaciones, el rector señaló que precisamente la universidad pública argentina nació rompiendo con el adoctrinamiento con el que estaba pensadas las instituciones educativas en el siglo XVIII. Si hay algo que la caracteriza, enfatizó, es la diversidad de voces, el intercambio enriquecedor de todas las miradas.

Otro centro de las embestidas está anclado en una supuesta resistencia de las autoridades universitarias a ser auditadas en el manejo de los fondos que rtciben desde Nación. “También es falso”, reprochó. Y rewcordó que por ley es la Auditoría General de la Nación la que audita y eso es lo hace. Pero no sólo: se agregan audiotorías internas. Y hay en marcha un convenio con la Sigen (Sindicatura General de la Nación) para sumar otra. Lo anterior, junto a los controles que son comunes a toda la administración pública nacional.

“Hay mala fe”, sintetizó Bartolacci, destinada a degradar la confianza en la institución universitaria pública para construir consenso social en torno a su desfinanciamiento.

El miércoles a las 17, en la sede de Gobierno, convocatoria a cualquiera que tenga dudas sobre el manejo del presupuesto, y escuchar propuestas, para despejar las sombras que intentan desplegar en redes o declaraciones para desviar el eje del debate, que es el financiamiento de la educación superior.
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