La Universidad Metropolitana para Educación y el Trabajo (UMET) difundió el nuevo documento sobre la “inflación de los trabajadores”, en el que el dato más alarmante es el brutal retroceso del poder adquisitivo de los trabajadores formales, que tienen la herramienta de la negociación colectiva de la que carecen los no registrados.
El material elaborado por el Instituto de Estadística de los Trabajadores (IET) y el Centro para Concertación y el Desarrollo (CCD), arrojó una desaceleración de la inflación en marzo fue del 10,4%, un 5,4 puntos porcentuales menos que en febrero.
“Esta desaceleración se explica por la estabilidad del dólar nominal, la reducción de la brecha cambiaria, la caída de los precios internacionales de las materias primas y la fuerte contracción del consumo”, indicaron desde el IT. Además, afirmaron que “son los precios regulados, ahora desregulados por el gobierno, los que aumentan su contribución a la inflación”.
El rector de la UMET, el ex ministro de Educación Nicolás Trotta, expresó al programa Apuntes y Resumen que el dato más alarmante es el brutal retroceso del poder adquisitivo de los trabajadores formales, que tienen la herramienta de la negociación colectiva de la que carecen los no registrados.
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Se da en “un proceso inflacionario que se aceleró desde diciembre pasado , con índice superiores al 10% mensual”, repasó. Y agregó que la consecuencia son los conflictos distribuidos en todo el país por la no homologación de paritarias, con lo que se produce una fuerte pérdida de capacidad de compra de los salarios para los trabajadores registrados, que cuentan con la herramienta de esa negociación colectiva.
El escenario golpea mucho más a los trabajadores informales, recalcó Trotta, porque a la par sufren la precariedad laboral asociada al proceso de alta recesión que transita el país.
“Parece que el único precio que no hay que actualizar, según la óptica del Gobierno nacional, es el de los salarios”, resumió la voluntad oficial.
A ese cuadro acopló otro: la sensación de estabilización del mercado cambiario, con una brecha entre el dólar oficial y los paralelos mucho más reducioda que en diciembre (devaluación de más del 100% mediante al inicio de la gestión de Javier Milei), contrasta con la visión de una pérdida de competitividad en el mercado internacional por el retraso de la paridad respecto de la inflación.
La reversión del fenómeno de extranjeros llegando a comprar a la Argentina, explicó, es una muestra de que el país se volvió más caro, incluso en dólares, tanto para los de afuera como para los propios habitantes.
Es el modelo, redondeó: la restricción del Estado en por ejemplo obra pública, las transferencias a las provincias y la decisión de pisar las negociaciones paritarias para sostener la sequía de dinero en la calle como mecanismo para atacar la inflación, señaló, pone a la Argentina, cuya economía se vincula al mercado interno en más de un 70%, en una situación de recesión con profundización de la desigualdad.