La comunicadora social e investigadora Cora Gamarnik analizó lo que ocurre con el presidente de la Nación en sus redes sociales y dijo que no es algo aislado sino una política que se ha replicado en otros líderes de la ultraderecha del mundo y que no es sólo la figura de un hombre compartiendo imágenes, sino que hay una estrategia política definida y diseñada en discursos y actos para determinados fines. Y en ese marco, resaltó la exaltación de la masculinidad y el antifeminismo que se pone de manifiesto no sólo en él sino también en sus seguidores
Navegar por las redes sociales de Javier Milei es encontrarse con un abanico amplio de imágenes: papadas retocadas, pulgares para arriba, animales creados con inteligencia artificial, leones abriendo una jaula frente al Congreso de Nación, espantando ratas, abrazando a un pato o incluso a él mismo, hecho caricatura rodeado de sus perros. ¿Qué dicen estas imágenes que comparte el Presidente? ¿Qué sentidos construye? Para encontrar respuestas a esas preguntas La Marca de la Almohada dialogó con la comunicadora social Cora Gamarnik, doctora en Ciencias Sociales, docente e investigadora de Semiótica de la Imagen del Conicet.
Para Gamarnik, “esas imágenes van diciendo varias cosas de las cuales por ahora estoy tratando de hacer un mapa previo, un análisis muy incipiente de lo que se puede apreciar en las redes sociales que maneja el presidente de la Nación”. En ese marco, dijo que “por ahora lo que se puede ver es hacia dónde va Milei con esas imágenes, qué quiere decir con ellas y pensando con las herramientas que tenemos para hacer un análisis de imágenes qué es lo que está pasando en esas redes. Por eso _agregó_, es importante en este marco ver qué han hecho los líderes de ultraderecha en otros países para ver las estrategias que han pensado y llevado adelante los grupo de pensamiento de ese sector político y que opciones están ensayando. Y esto es lo que pasa hoy en Argentina. No es sólo Milei compartiendo imágenes, sino que hay una estrategia política definida y diseñada en discursos y actos para determinados fines”.
Consultada sobre las imágenes de superhéroes o caricaturas que aparecen en las redes sociales presidenciales, Gamarnik dijo que “muestran algo disruptivo en cuanto a lo que veníamos viendo de las imágenes presidenciales argentinas. Hay una ruptura completa de los lenguajes previos y un corrimiento de los límites del lenguaje presidencial. No sólo en las agresiones a quienes él considera traidores por el sólo hecho de oponerse a su forma de pensar sino también a quienes están en su propio espacio como ocurrió en las últimas horas con López Murphy”.
“Me parece que en todo este tratamiento hay un intento de sostener su imagen de lo antipolítico, manteniéndolo al margen de lo que ellos (la ultraderecha) llaman la casta política, diferenciándose de la imagen profesional de un político”, aseguró la investigadora. Y en ese sentido expresó que “todo lo que él hace con las imágenes de los superhéroes, lo que hizo con su novia arriba de un escenario en un teatro de Mar del Plata, el llanto desesperado en el Muro de los Lamentos durante su visita a Israel, son expresiones descarnadas de sus sentimientos que lo humanizan, lo distancian de los políticos profesionales y eso es algo que a mucha gente la lleva a pensar que es una persona común, como cualquiera de ellos o que no es un jefe de Estado que finge ante determinada situación”. Al respecto, Gamarnik agregó que “en el único momento en el que pareció haberse controlado como un presidente fue en la visita al Papa, aunque también allí hubo ciertos momentos y rupturas de protocolo que intentaron mostrarlo cercano a quien él mismo había designado como el representante del maligno en la tierra”.
Acerca de las habituales fotos de Milei, en las que aparece con los dos pulgares hacia arriba y mirando desde abajo, con un uso abusivo del fotoshop, la entrevistada hizo referencia al libro “El Loco”, de José Luis González, en el cual “él también habla de esa obsesión que Milei tiene con su papada, con su cuerpo y que es algo que viene desde hace mucho tiempo. Ahí creo que hay algo del núcleo duro de su pensamiento en contra de los derechos feministas y de lo que él entiende de su propia masculinidad”.
En ese marco, Gamarnik dijo ver ahí dos aristas: “por un lado el hombre que se gana la mina hermosa y que lo demuestra, que es lo que hizo con Fátima Flores en el teatro cuando se sube al escenario y la objetualiza besándola descaradamente en el momento en el cual ella va a recibir los aplausos en su propio espacio que él invade aunque con su permiso y en vez de dejarla disfrutar de su éxito artístico irrumpe con su persona y aprovecha incluso para hacer un discurso político”. Y como otro momento, “si uno recorre las redes sociales de los seguidores de Milei encuentra mucho de ésto, de mostrarse con mujeres bonitas, como ganadores de un objeto y se enorgullecen de posiciones antifeministas. Me parece entonces que hay un submnundo digital de seguidores varones del presidente obsesionados con mostrar imágenes de un Milei masculino, viril, exitoso en lo sexual que corre todo el debate político. Y eso es grave porque nos cuestiona qué estamos discutiendo y a que arenas del terreno de la discusión política nos están llevando”.