Silvia Saavedra, ex directora de le emisora pública de Rosario, describió el panorama difuso que viven los trabajadores y contratados a partir de la asunción del Gobierno de Javier Milei. La reciente intervención abona el potencial escenario de una enajenación estatal de toda la red federal
“Todos los directores de las radios presentaron su renuncia el 10 de diciembre, ante el cambio del Gobierno nacional”, recordó Saavedra en el programa Apuntes y Resumen, y agregó que las 49 emisoras distribuidas a lo largo del país permanecen acéfalas porque no hay nuevas designacionaes en esos cargos.
Ante la inexistencia de autoridades locales, continuó Saavedra, todas las radios quedaron bajo la órbita de la Gerencia de Emisoras con sede en la ciudad de Buenos Aires, que oficia de cabecera y coordinadora para la red.
La última novedad es el DNU 111/2024 del sábado pasado, mediante el cual el Gobierno estableció la intervención de todos los medios públicos, lo que además de Radio Nacional incluye a Educ.ar, Télam, Radio y Televisión Argentina y Contenidos Públicos (TV Pública, Encuentro, Pakapaka, DeporTV y la plataforma Contar). El interventor designado por el Ejecutivo es Diego Martín Chaher, que responderá a la Jefatura de Gabinete, al mando de Nicolás Posse.
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La sospecha, por el contexto, es que la intervención es el paso previo a la privatización. Y ese destino “parece inevitable” en el marco actual, evaluó la ex directora de Nacional Rosario. Por la información que circula, dijo, uno de los interventores tiene asignada la misión de hacer un relevamiento de todas las emisoras, su equipamiento, cómo funcionan, la composición y número de personal. Se supone que esa información es para hacer lo que vienen anunciando desde el principio desde el oficialismo, que es la eneajenación de todos los medios públicos.
Eso no es una asbtracción, destacó Saavedra, porque incluye a los trabajadores de las emisoras y a las audiencias que buscaron en Radio Nacional espacies de diversidad, de expresión cultural, de política, y que son cajas de resonancia de cada lugar desde el que emiten. Muchos de ellos en lugares inhóspitos, donde a los medios privados no les interesa ni conviene estar. Las consecuencias serán grandes: habrá una gran pérdida en cuanto a la expresión de las identidades culturales que vehiculizaba la emisora pública.
Lo que resta ver, señaló la comunicadora, es cómo accionarán los sindicatos ante la incertidumbre del futuro de los trabajadores. Lo que viven, agregó, no es sorpresa: es parte del paradigma del Gobierno de Javier Milei, que tiene fuera de su radar la existencia de un derecho a la comunicación en cada rincón de la Argentina. La red de emisoras, en cambio, la ven con la lente de un negocio.
Los trabajadores
Saavedra recordó que la gestión anterior de Radio Nacional había establecido que los contratos artísticos siguieran hasta el final de 2024. Se trata de monotributistas que ofrecían servicios particulares. La gestión Milei resolvió darlos de baja.
En Rosario, explicó, la situación es menos dramática porque al cabo de negociaciones con el Sindicato de Prensa Rosario se consiguió pasarlos a una suerte de planta intermedia. Sin embargo, esos cambios de figura se están revisando por la nueva gestión. Y, además, el temor es que se reedite lo que sucedió durante el Gobierno de Mauricio Macri: despidos, incluso, de trabajadores de planta por su postura política, luego de un mapeo de sus posteos en redes, o sus opiniones al aire. Una especie de “venganza”, describió Saavedra.