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DNU y ley ómnibus: pretensiones autocráticas a las que hay que oponer racionalidad

El diputado socialista por Santa Fe rechazó lo que interpretó como un intento de jubilar al Congreso por parte del Ejecutivo. Señaló que entre los legisladores hay voluntad de colaboración con el presidente Javier Milei, pero que eso no implica cheque en blanco ni renuncia a la institucionalidad de independencia de Poderes

El mega proyecto de ley enviado por el Ejecutivo al Congreso, formalmente “Bases y Puntos de Partida por la Libertad de los Argentinos”, comenzó a ser debatido este martes en un plenario de tres comisiones de la Cámara de Diputados, con algunas ausencias de funcionarios convocados para defender el combo de radicalizadas reformas de desregulación económica y reforma del Estado.

Poco antes de que comenzara el debate –fue pasadas las 14.30–, el programa Apuntes y Resum,en dialogó con el diputado socialista por Santa Fe Esteban Paulón sobre las características del voluminoso proyecto y del DNU con la misma lógica, que sin embargo todavía no comenzó a discutirse en el ámbito que le corresponde: una comisión bicameral aún no completada.

Lo que se busca, refirió Paulón respecto de varios espacios opositores, es dar un debate y poner racionalidad en un contexto de crisis muy delicada, donde lo mejor, dijo, sería que el Gobierno retorne a un diálogo adulto con las instituciones en lugar de “pelearse por si le salen o no los caprichos al presidente” Javier Milei.

En tono irónico, el diputado esgrimió que sería coherente que quienes voten las pretensiones de modificar o derogar a sola firma cientos de leyes y artículos, como pide Milei, renuncien al Congreso y le ahorren sus dietas a los ciudadanos. “Es un intento de clausura de las Cámaras”, resumió sobre la llamada ley ómnibus, un inédito instrumento de 660 artículos.

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Para este martes, estaba confirmada en el Congreso la exposición del secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, y del ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona. Sin embargo, el titular de la cartera energética sostuvo que no se desarrollarían las reformas de ese sector en la jornada y Cúneo Libarona se ausentó. Sí acudieron el vicejefe de Gabinete, José Rolandi, y el procurador Rodolfo Barra.

El diputado santafesino señaló que, aparte de mezclar ámbitos disímiles como la ley del Fuego, el cierre de instituciones culturales y la modificación de la ley de Salud Mental, el megaproyecto también abarca jubilaciones, temas económicos, el pedido de emergencia y lamodificación del sistema electoral. Ese volumen y heterogeneidad, consideró, es parte de la estrategia oficial anclada en el planteo de “todo o nada”, a la que consideró una actitud de riesgo para el propio Ejecutivo porque la participación parlamentaria del espacio La Libertad Avanza es minoritaria.

Sobre el debate, Paulón reprochó la poca predisposición del oficialismo, que pese a prometer la comparecencia de varios funcionarios entre martes y miércoles exigió que las consultas a los mismos se presentaran por escrito en la noche del lunes. Por lo que, lamentó, no habrá cabida para las repreguntas.

“Que prime la racionalidad”, insistió el socialista, y garantizó que el Congreso está reunido y con la disposición de ofrecer herramientas para que el presidente pueda llevar adelante un programa de salida de la crisis, pero sin que ello implique darle un cheque en blanco ni transferirle todas las funciones parlamentarias o las atribuciones constitucionales que corresponden a los legisladores.

En ese sentido, y en paralelo con versiones sobre una posible morigeración del oficialismo al respecto, indicó que la delegación de facultades propuesta en el mega proyecto de ley es originalmente por dos años pero renovables por otro período igual a sola voluntad del presidente. Con lo cual, expuso, si se aprueba a principios de febrero, por ejemplo, las prerrogativas irían más allá del actual mandato.

“Es un contrasentido”, reprochò el diputado, porque se trata de una potestad de tal nivel que no se le otorgó a ningún presidente ni en los momentos más complejos del país. “Es una pretensión autocrática y monárquica”, continuó, reclamar la suma del poder bajo el argumento de que así se genera confianza en inversores o es imprescindible para arreglar los desequilibrios cambiarios.

“Es la coronación de una trilogía”, repasó Paulón, que Milei inauguró dando la espalda al Congreso en el discurso inaugural de gestión, continuó con la publicación del DNU que modifica más de 300 aspectos de la vida cotidiana y coronó con una ley que “manda de vacaciones por cuatro años” a senadores y diputados.

Eso, recalcó, es inadmisible en una democracia, y hasta los factores de poder notan el peligro, porque así como muchas de estas mediodas benefician a un concentrado grupo de empresarios, el humor puede cambiar precisamente por las formas y el fondo.

Más allá de los acuerdos o desacuerdos con los diferentes ítems, el socialista interpretó que, en función de los diálogos transversales mantenidos entre las fuerzas con representación parlamentaria, prima una sintonía mayoritaria en el sentido de “no ceder la institucionalidad”.

Lo anterior no quita, aclaró que se escatime una actitud colaborativa con el Ejecutivo. Eso ya sucedió, como en las diferentes emergencias votadas durante el gobierno de Alberto Fernández y los anteriores mandatarios,