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Para qué es el laboratorio de nivel de seguridad 4 del Malbrán, único en Latinoamérica

Permitirá trabajar con agentes patógenos extremadamente peligrosos y altamente contagiosos, y fue construido con una inversión nacional de 442 millones de pesos. Un avance estratégico

Tiene una superficie de 95 metros cuadrados y será de gran utilidad para la investigación y el desarrollo de vacunas, tratamientos y medidas de prevención contra enfermedades infecciosas graves, entre otras investigaciones y servicios, como por ejemplo detección de amenazas de bioterrorismo a. Hay apenas medio centenar de ese nivel en todo el mundo.

El licenciado en Bioquímica Pascual Fidelio, director del Instituto Anlis (Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud)-Malbrán, enfatizó en diálogo con el programa ABC que el laboratorio de máxima seguridad garantiza la “soberanía sanitaria de Argentina y de la región”.

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Fidelio explicó que los laboratorios se clasifican según cuatro niveles de bioseguridad (BSL, por el inglés Biosafety Level).

El BSL1 es el bioquímico que suele estar en un hospital o clínica, señaló. Allì se pueden manipular cepas que no son generadoras de enfermedad sistémica en humanos y reealizar prácticas microbiológicas estándar que no requieren ninguna barrera primaria o secundaria de protección.

El BSL2, siguió, es para hacer cultivos, como por ejemplo de orina o sangre, por ejemplo. En ellos se puede trabajar con un amplio espectro de agentes de riesgo moderado que están asociados con enfermedad humana de variada gravedad y tienen ciertos estàndares de protección primaria.

El BSL3, continuó Fidelio, permite manipular virus y bacterias en un ambiente controlado en temperatura y humedad. Se trata de instalaciones clínicas de producción, investigación, educación o diagnóstico donde se trabaja con agentes exóticos con potencial de transmisión respiratoria, y que pueden provocar una infección grave y potencialmente letal. Tienen que tener barreras para proteger al personal de áreas contiguas, a la comunidad y al medio ambiente.

Finalmente, el BSL4 como el inaugurado el 18 de septiembre pasado, completó el director del Malbrán, permite trabajar con muestras de alta peligrosidad o de patógenos sin medicamentos conocidos para las patologías que producen. También trabajar con muestras de lo que se denomina bioterrorismo, por ejemplo de ántrax. Y con virus de viruela o poliomelitis. Debe cumplir con un aislamiento completo del personal de laboratorio para los materiales infecciosos en aerosol, con trajes especiales que cuenten con provisión de aire y presión positiva. Por lo general, se montan en un edificio separado o una zona totalmente aislada con sistemas de gestión de desechos y requisitos de ventilación complejos.

Fidelio describió parte del equipamiento de este nuevo laboratorio. Indicó que involucra tanques de oxígeno para la vestimenta especial de las personas que están dentro del laboratorio, conocida como de presión positiva: si por alguna razón se produce el derrame de un patógeno peligroso, la presión en el interior del traje es mayor que la del entorno, por lo cual se evita el ingreso de aire contaminado.

Se implementa con mangueras comunicadas con el exterior que brindan el suministro de oxígeno a una presión mayor que la atmosférica. Las puertas del laboratorio, además, deben ser neumáticas, con sellado hermético para que no entre ni salga nada del laboratorio. Y todo es por duplicado: el sistema de energía, de atmósfera controlada, los motores para extracción de aire. Lo anterior, para garantizar la sefuridad en caso de una falla.

La concresión del laboratorio, a valores actuales, requirió una inversión de alrededor de 400 millones de pesos, señaló el director del Malbrán. Se montó en parte de uno con nivel de seguridd BSL3, donde se manipulan virus de covid. Se modificaron los sistemas de seguridad con el cambio de los sistemas de aire, de pisos, de paneles, toda una reconversión.

Qué es el Malbrán

En realidad, aclaró Fidelio, el Inlis-Malbran es un conjunto de 14 institutos de referencia ubicados en cinco provincias que son guía para muchas patologías. Por ejemplo, de virus respiratorios. Y por eso, durante el inicio de la pandemia de covid-19, todas las muestras se procesaban es los laboratorios propios. Ocurre lo mismo para dengue, hantavirus, chagas o lejmaniasis. También coordina una serie de redes nacionales de salud para los mismos.

En esos institutos se procesan las muestras cuando hay algún brote o una circulación de patógenos desconocidos. Es lo que pasó, repasa el especialista, con el brote causado por la bacteria Legionella en Tucumán, en septiembre de 22, detectado en una clínica privada y que causó varias muertes. No se había podido identificar el patógeno causante, y en conjunto con Tucumán, en el Malbran se lo pudo aislar.

En la pandemia

El nombre dle instituto se hizo conocido para toda la población durante la crisis sanitaria global insiiciada en China. El primer positivo para covid-9, recordó Fidelio, fue el 3 de marzo de 2020. El 11 del mismo mes, la OMS declaró la pandemia y en la ciudad de Buenos Aires, en el Servicio de virus respirtatorios del Instituto de enfermedades infecciosas se empezaron a recibir muestras de todo el país.

Como ante el aumento geométrico de posibles infecciones hubo riesgo inminente de un colapso, porque el Malbran puede iniciar el trabajo de identificación pero no sostenerlo a esa escala, en abril de 2020 se encaró la descentralización de las pruebas con una capacitación para más de 200 profesionales de todo el país. A la vez, se equiparon 35 laboratorios con instrumental adquirido por la Nación, a los que se les envió los reactivos para el diagnóstico. Para este proceso, en el que Argentina se destacó a nivel mundial, fue fundamental la existencia de las más de 20 redes de laboratorios que se coordina el Malbran.

Es la salud pública

“Es la importancia de tener un sistema de salud dedicado, porque si no hubiera este nivel de avance, con el Estado presente, sería muy difícil de encontrar los orígenes de problemas de salud” y hacerles frente, recalcó el director del Malbran en tiempos en que el protagonismo estatal en áreas clave para el desarrollo y el bienestar de la población son puestos en entredicho.