El proyecto arqueológico “Entornos a Melincué – Construcción de pasados y territorialidades desde la Laguna Melincué” permite ahondar en el conocimiento colectivo del pasado de la región, los asentamientos indígenas y los españoles. Es un trabajo de profesionales de la UNR y del Museo de Ciencias Naturales Ángel Gallardo, junto a varios municipios e instituciones educativas y culturales
El proyecto de exploración e investigación nació entre gente del Museo Gallardo y de la Escuela de Antropología de la Facultad de Humanidades y Artes de la UNR. Los antropólogos Germán Giordano, por la primera de las instiuciones, y David Ávila, por la segunda, dialogaron sobre las investigaciones con el programa La Marca de la Almohada.
Ávila recordó que el proyecto comenzó en 2013, con unos primeros relevamientos a partir del hallazgo de materiales en la laguna que les acercaron vecinos. Con las crecidas regulares del cuerpo de agua, explicó, los trabajos se interrumpieron hasta que, sequía mediante, se retomaron en 2022 con nuevos y trascendentes hallazgos.
“Retrocedió la laguna y quedaron expuestos muchos materiales de interés antropológico y arqueológico”, insistió. Señaló que lo que se relevó al principio, primero una suposición y luego una confirmación, fueron los restos de un fuerte español de finales del siglo XVIII –varios, el primero de alrededores de 1779– que luego fue tomado por la milicia criolla y encierra “una rica historia”.
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“En los alrededores de la laguna, además, se hallaron materializades correspondientes a poblaciones querandíes, milenarias”, continuó sobre los descubrimientos. Estas diferentes épocas centradas en el mismo territorio del departamento General López.
Como parte del proyecto, contó Ávila, se enviaron muestras para fechado radiocarbónico para tener una aproximación sobre las fechas de los asentamientos originarios. El resultado: 1970 más/menos 80 años antes del presente, especificó la datación.
Eso permite, agregó, dilucidar una serie de relaciones de ocupación en lo que hoy es el sur de Santa Fe. Porque los fechados de materiales hallados en otras lagunas coinciden en apuntar a esa ocupación milenaria, algunas que se remontan a ocho mil años antes del presente. “Se genera así un conocimiento respecto de un momento de ocupación que se empieza a expandir en la región pampeana” gracias a la recuperación de alfarería, cerámica, restos de moliendas con instrumentos de piedra, puntas de flecha.
Esto permite, continuó, reafirma en conjunto la hipótesis de las ocupaciones milenarias de la región y los trabajos en Melincué son un aporte sustancial a esa construcción de conocimiento
Giordano destacó que todos esos descubrimientos son imposibles sin la participación de las comunidades. Admitió que, a la vez, se trata de un proceso que tiene mucho de burocrático, con presentación del proyecto, pedido de concesiones de área dentro de lo que es una ley patrimonial nacional y otros requisitos que hay que cumplir. Sobre la colaboración comunitaria, enfatizó que como las campañas arqueológicas son discontinuas es esencial la participación de la gente del territorio, en forma individual y con las instituciones culturales y educativas locales que cuidan los espacios. “Los especialistas somos un puente”, resumió la valorización del involucramiento de los pueblos.
Por qué en Melincué. “Las lagunas son ventanas al pasado”, sintetizó Ávila la riqueza de esos ambientes que son centros de asentamientos humanos. La seca prolongada de los últimos años, señaló, fue una oportunidad para el trabajo. “Es generar conocimiento no sólo para el ámbito académico sino para compartirlo con la comunidad y analizarlo con ella”, expresó sobre el sentido social de la actividad como ellos la entienden.
También señaló que alrededor de los descubrimientos se da un proyecto de extensión nacional de reciente creación al que se incorporan cátedras de la UNR, el Museo Gallardo, estudiantes universitarios y la comunidad con las escuelas, junto con las municipalidades de Elortondo, Labordeboy y Melincué
Giordano aclaró que se trata de procesos lentos, y en estos contextos del país y el momento, complejos. Se hacen, enumeró, trabajos de campo, prospecciones y excavaciones a los que le sigue la etapa de laboratorio para el análisis de los materiales, en convenio con otras universidades para análisis específicos.