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Las renovaciones de alquileres de locales llegan con aumentos de hasta 300%

Los comerciantes advierten que propietarios intentan imponer actualizaciones trimestrales y pretenden prórrogas de contratos de seis meses

Comerciantes rosarinos advierten que las renovaciones de alquileres de locales llegan con aumentos de hasta 300%, y que los propietarios intentan imponer actualizaciones trimestrales y pretenden prórrogas de contratos de seis meses. La incertidumbre respecto del devenir de una economía muy inflacionaria en el marco de una elección presidencial inminente que puede modificar el tablero de la macro, están mostrando sus consecuencias.

El problema más extendido es que la negociación se hace muy dura porque, en aras de protegerse contra lo que pueda llegar a pasar, los dueños y las inmobiliarias piden muchos cambios en las cláusulas difíciles de cumplir para los ocupantes. En otros, los menos, los dueños no se los están renovando, los locales quedan vacíos y pasan a la venta.

Los alquileres para comercio tienen otro régimen que los de vivienda, donde el valor está atados a un ajuste anual por el índice de promedio de inflación y salario. En los comerciales el plazo mínimo es de 3 años, pero las actualizaciones se pactan libremente entre partes. En algunos casos es el índice de contrato de locación, en otros está atado al IPC, y en algunos está atado al comportamiento económico del rubro que se explota en el local comercial.

El precio de arranque es uno de los mayores obstáculos: en algunos casos triplica al actual. Otro es que se piden plazos de actualización cortos, de tres y hasta un mes. Y el tercero es que se buscan índices de aumento muy por fuera de la referencia de las cifras de inflación.

“Tenemos consultas por incrementos que son altísimos, por encima de la inflación. Y hemos notado un aumento en la curva del aceleramiento del valor del alquiler, porque pasamos de actualizaciones semestrales a cuatrimestrales e incluso trimestrales. Es un caos”, describió Ariel D’Orazio, coordinador del Consejo Asesor de la Vivienda de la Oficina Municipal del Consumidor.

Además, algunos comerciantes que tienen que renovar el alquiler cuentan que les están queriendo imponer contratos de cuatro o seis meses como prórrogas contractuales. “Esto genera un grado de incertidumbre muy nocivo para quien está haciendo la explotación del local y se termina mudando o buscando otra locación para poder salirse de la trampa que se le estaba planteando”, acotó D’Orazio.

Hablan los comerciantes

Desde el paseo comercial calle San Luis, Miguel Rucco detalló que “hay muchos que están en una situación complicada porque tienen que renovar y no pueden afrontar el costo de las comisiones de la inmobiliaria, los sellados y el depósito. Como las ventas cayeron por debajo del punto de equilibrio y la incertidumbre de lo que va a pasar en el futuro es muy alta, algunos hacen la cuenta y no renuevan o se buscan un local más chico“. Y agregó: “Hoy un comerciante, salvo que tenga la propiedad o que venda algo que funciona como pasa en algunos rubros muy puntuales, se les está haciendo muy difícil”.

Esto no solo sucede en los locales del centro, según Rucco, sino también en los centros comerciales barriales “donde a veces los inmuebles tienen una sobrevaloración, porque para mi gusto los dueños le quieren sacar una renta extraordinaria. En un contrato siempre hay dos partes y cada uno defiende la suya: el propietario que no se quiere perder el ingreso, la renta que le genera el inmueble y que se la come la inflación y el inquilino que no puede hacer frente a las obligaciones”, analizó.

Por su parte Alejandro Pastore, presidente de la Federación de Centros Comerciales de Rosario, detalló que “hay propietarios que piden un precio exorbitante, una renovación de contrato con un valor triplicado para cubrirse de que el alquiler no pierda valor. Entonces algunos acuerdan arrancar con una cifra más baja pero hacer las actualizaciones más cortas”.

“La salida es, si hay confianza y capacidad de negociación entre las partes, que en cada caso se entre en un esquema de negociación más corta en la ventana temporal y más razonable, porque también los ingresos se van modificando de una manera más regular y no anualizada. El problema es que en este país la inflación es del 150%”, subrayó.

Para Nelson Graells, de Amigos de la Peatonal Córdoba, es un tema “complicado”. “Yo creo que, dentro de la ley de la oferta y la demanda, debe prevalecer mucho el diálogo entre inquilino y propietario para llegar a un arreglo sensato. La mayoría de las inmobiliarias son equilibristas que están en el medio. Todavía no lo veo alarmante ni noto casos graves, pero sí que se necesitan definiciones porque hay incertidumbre, aunque por ahora se van intentando solucionar”, expresó.

En dólares

D’Orazio apuntó que, más allá de la inflación, se evidencia un crecimiento en el consumo que hace que la demanda de locales se haya incrementado, con una ociosidad a la baja. Sin embargo, todavía hay oferta de inmuebles desocupados, a diferencia de lo que sucede con las viviendas, donde la disponibilidad es baja y la oferta hoy no resuelve el problema de la demanda existente.

El referente del Consejo Asesor de la Vivienda marcó que esta curva de incrementos que se proponen y el aceleramiento de la actualización de los valores, también generan inflación. “Nos hemos encontrado con locales grandes con valores en dólares o su equivalente en el mercado paralelo, no en el mercado formal. Es decir, el dólar blue, contado con liqui”, indicó. En algunos casos de locaciones muy importantes, incluso se actualiza: se fijan, por ejemplo, 1.000 dólares durante el primer año, 1.200 dólares sobre el segundo y 1.500 en el tercero. “Esto genera en nuestro país, obviamente, un doble componente de aumento“, cerró.