Un equipo de investigación de la UNL desarrolla un test rápido para determinar si el ganado está infectado con el parásito Trypanosoma vivax, que enferma a las vacas y provoca grandes daños a la industria láctea
La tripanosomiasis bovina es una enfermedad causada por parásitos de la especie Trypanosoma vivax, de la misma familia que los que producen el Mal de Chagas. Afecta a los bovinos de la industria lechera ocasionando abortos y anemia, con lo que disminuye sensiblemente la producción en los tambos. Los análisis para determinar su presencia son por microscopio (técnica de Woo), que tiene poca sensibilidad y no permite distinguir entre especies patógenas y no patógenas, o por técnica PCR (reacción en cadena de la polimerasa, en base al ADN contenido en la sangre), que es caro. Son pocos los laboratorios que los realizan, por lo que surgen problemas de tiempo y distancias.
Los investigadores de Santa Fe van por un método más veloz y práctico. Iván Bontempi, uno de los responsables del proyecto junto a Nazarena Pujato y Diego Arias, habló con el programa ABC sobre los avances del trabajo.
Doctor en Ciencias Biológicas, docente investigador de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y del Instituto de Agrobiotecnología del Litoral, el especialista explicó que ya estaban trabajando en diferentes test, entre ellos los rápidos que se elaboraron para la detección del covid-19, y se enfocaron en el que apunta al Trypanosoma vivax ante la consulta de un veterinario.
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Se trata de una tira reactiva que contiene partículas de oro con un anticuerpo específico de la troipanosomiasis. Esto produce un cambio de color ante la presencia del parásito en la muestra de sangre. Ahora, la reacción positiva se manifiesta por la apariciòn de un círculo rojo, pero la idea es que sea una raya, como en los test de embarazo.
La enfermedad, que también afecta a caprinos, ovinos, búfalos y equinos, fue detactada en la Argentina hace aproximadamente 15 años, pero en los últimos afectó con fuerza a la cuenca lechera causando importantes pérdidas económicas por disminución en la producción de leche y la mortalidad de animales afectados. El parásito se transmite por medio de insectos hematófagos (que se alimentan de sangre) como moscas y tábanos, que actúan como vectores mecánicos. No es una zoonosis, es decir que no enferma al hombre.
Bontempi explicó que ahora están fabricando los test en laboratorio, pero a la búsqueda de empresas que puedan escalar la producción de las tiras reactivas para así enviarlas a veterinarios y pasar a una fase de prueba más amplia que desemboque en la validación final del método.
En esta vinculación ya se produjo la transferencia a una firma de productos veterinarios que se acercó para, cuando estén finalizadas las pruebas, comenzar a producirla en serie. La patente del antígeno incorporado al dispositivo es del Conicet y la UNL. El fabricante tendrá que licenciarla.
El trabajo comenzó en 2019, recordó el investigador. Fue cuando un veterinario se acercó al laboratorio, que para ese entonces tenía experiencia acumulada en vacunas y en diagnósticos de Chagas, preocupado por una mortandad de vacas en los campos que atendía profesionalmente. Él detectó que había un parásito de la familia del Trypanosoma, del que no había mucha información en el país. Entonces, los investigadores armaron una red de consultas con el exterior para avanzar en el estudio. La pandemia, un año después, frenó todo, pero a su finalización se retomó el trabajo velozmente y hoy están a las puertas de la validación del innovador test.
El principal beneficio de este proyecto es poder incorporar un producto al mercado que traería muchas ventajas a los dueños de los establecimientos lecheros y veterinarios que trabajan con grandes animales, ya que podrán diagnosticar en pocos minutos la presencia de Trypanosoma vivax, para tratar al rodeo o para certificar si el animal recientemente adquirido presenta el patógeno y no poner en riesgo todo el rodeo.