Camilo Salvetti, periodista de “La Diaria”, aseguró que Uruguay atraviesa la mayor crisis hídrica de su historia y que en diez días podría quedarse sin provisión de suministro potable. Cruce entre oposición y oficialismo por la falta de obras
La falta de agua potable en Uruguay, en especial en el área metropolitana de Montevideo, se agravó en los últimos tiempos a causa de la sequía y la falta de lluvias. Algunas proyecciones indican que las reservas alcanzan para ofrecer el servicio a la población unos diez días más. Camilo Salvetti, periodista de “La Diaria”, ofreció en La Marca de la Almohada un panorama crítico sobre la situación, que provoca cruces políticos y reproches por obras sin realizar que podrían haber permitido moderar la problemática.
“El agua que hay hoy es intomable y estamos en una crisis más profunda. Uruguay atraviesa la mayor crisis hídrica de la historia, según los datos del Instituto Uruguayo de Meteorología. Hace 75 años que no teníamos una sequía de este tipo. Hace tres años que no llueve en los niveles que estábamos acostumbrados. Es una situación que viene de hace muchos años, se agravó en los últimos tres y especialmente a partir de enero”, resumió sobre la crisis climatológica que fue complicando la extracción y provisión de agua potable.
Aunque se proyectaban lluvias para mayo que podían elevar los niveles en ríos y reservas que permiten abastecer Montevideo, esa situación no se produjo en los niveles esperados. “Las principales reservas de agua se empezaron a agotar. Paso Severino, que está a 80 kilómetros de Montevideo todavía no se agotó, pero está muy por debajo de sus niveles normales. Tiene 70 millones de metros cúbicos de agua y según los datos que dio el Gobierno está en 1.117.000. Muy por debajo de lo que se necesita. Y Montevideo consume unos 500 mil metros cúbicos de agua por día”, explicó Salvetti.
Ante la crisis hídrica el Gobierno propuso medidas a la población para cuidar el consumo de agua. En abril se dispuso el aumento de sodio y de cloro en el agua para estirar el producto. “Se habían secado dos de las reservas más importantes ya. Desde abril tenemos agua en Montevideo que no es del todo bebible –aseguró el periodista de “La Diaria”–. Agua que no es recomendada para embarazadas o hipertensos. Se aumentaron los niveles porque se empezó a sacar agua más desde debajo del Río de la Plata. Y acá no es como en Buenos Aires. Es más dulce. Acá se mezcla con el océano y es muchísimo más salada. Tiene mayor nivel de cloro para estirarla. Se hace esa mezcla y el agua que hoy sale de las canillas no es bebible”.
El trabajador de prensa explicó que el agua que se provee por estos días es 70 por ciento salada y 30 por ciento dulce. En diez días, proyectó, será enteramente salada y no se va a poder utilizar para casi nada”, aun cuando el gobierno insiste en que es bebible. “Si prueban el agua de acá, ya por el gusto, es imposible de tomar. Imagínense cando empiece a ser enteramente salada”, indicó.
La situación provocó el cruce entre el oficialismo y la oposición, aun cuando el ex presidente José Mujica aceptó que todos los gobiernos tuvieron algo de culpa. “El tema de las obras es fundamental. La crítica de la oposición es que cuando termina el gobierno anterior, el de Tabaré Vázquez, le deja al presidente actual Luis Lacalle Pou un proyecto para la reserva de Casupá de 80 millones de metros cúbicos que iba a abastecer a Paso Severino y a Montevideo. Dejó los estudios de impacto ambiental. Los trámites para que se empezara a construir en 2020”, contó Salvetti.
El Gobierno, sin embargo, descartó ese proyecto para encarar uno con participación privada. “La oposición critica que, por un tema político, porque era un proyecto que venía del anterior oficialismo, hoy no tenemos la reserva que sería fundamental para paliar esta crisis. Según el cronograma que había hoy no estaría terminado, pero tendríamos al menos 15 millones de metros cúbicos, un aporte sustancial para Montevideo. Y el proyecto Neptuno ahora está atrancado”.
“Las medidas deberían haberse tomado antes. Por ejemplo, los embalses que se están haciendo ahora. El Gobierno se demoró en declarar la crisis hídrica. Demoró en comenzar a apoyar a los sectores más vulnerables que no pueden tomar agua de la canilla, pero que tampoco pueden comprar agua envasada. Se demoró en sacarle impuestos a las aguas embotelladas para hacerlas más baratas porque también estábamos con un problema de stock porque fue todo el mundo a comprar para abastecerse, como pasó en el Covid y el papel higiénico. Las medidas se toman tarde y el Gobierno no lo reconoce”, concluyó Salvetti.