El titular de Fatap, Gerardo Ingaramo, se mostró escéptico con el convenio que permitió destrabar el conflicto. “Estamos complicados, trabajando sin rentabilidad”, aseguró
El acuerdo que alcanzó el Gobierno nacional con la Unión Tranviarios Automotor (UTA), y que permitió levantar el paro en el transporte urbano de pasajeros que estaba previsto finalizara en la medianoche del viernes, “está atado con alambre”, según afirmó el titular de la Federación Argentina de Transportadores por Automotor de Pasajeros (Fatap), Gerardo Ingaramo.
“Desde Fatap no encontramos otra alternativa que firmar porque no había posibilidad de seguir esperando fondos. Nación dijo que no tenía más y las provincias no se hicieron presentes. Ahora queda una discusión con las provincias o municipio para discutir de qué manera se va a implementar el pago salarial con los trabajadores. Es un acuerdo atado con alambre porque ni siquiera las cámaras de Buenos Aires firmaron todavía la pauta salarial. Es un acuerdo en el que Transporte de la Nación, a través de una resolución para Buenos Aires, le fijó lo que tenían que pagar. Un acuerdo que ni siquiera las cámaras discutimos con la UTA. Pusieron los números y había que trabajar para conseguir los fondos sobre eso”, explicó a La Marca de la Almohada el representante de la federación que nuclea a los empresarios del transporte.
“Ahora depende de que Nación cumpla porque en el acuerdo se comprometió a liberar mayo y junio. Hoy liberó para Santa Fe mayo. Necesitamos junio para el pago de aguinaldo y de sueldos. Y después que cumpla medianamente los meses que corresponden. A partir de julio que aporte los 2 mil y veremos qué aportan las provincias a partir de julio. Y lo atrasado vamos a ver cómo lo pagamos. Calculo que haremos un plan de pago con el gremio”, proyectó.
Los representantes de Fatap mantuvieron el miércoles un contacto con el ministerio de Transporte de la Nación donde se les propuso el cobro de 2 mil millones de pesos extra, a partir de julio, a los 7 mil que ya reciben mensualmente. Los empresarios, sin embargo, lo consideraron “insuficiente para el aumento salarial pretendido por la UTA”. Al no firmar el gremio avanzó con un paro de 48 horas que se desactivó el jueves.
“El aumento salarial pactado entre el ministerio de Transporte de la Nación y UTA tiene un costo bastante alto para las empresas. Si tomamos los 2 mil extras que pone Nación y 2 mil que ponen las provincias, faltan casi 3 mil millones más. Entonces estamos complicados. Se firmó para destrabar el conflicto. Ahora hay que trabajar para ver cómo se sustenta el servicio”, comentó Ingaramo.
El empresario de transporte consideró que, de no existir subsidios, el boleto del transporte urbano debería estar en 350 pesos. “Un colectivo vale sesenta millones, el gasoil trescientos pesos, de lo que consumismos dos mil quinientos litros por mes. Una cubierta vale doscientos mil pesos. El sueldo son cuatrocientos mil pesos. El aporte que pone Nación son 9 mil millones y el de la provincia otros 9 mil millones. La tarifa de 120 pesos que tenemos en Santa Fe y Rosario yo creo que es insuficiente”, aseguró.
Ingaramo opinó que la solución al problema es conseguir que se apruebe “una ley federal de transporte” para que todos en el país paguen un mismo boleto y deje de discutirse “que a Buenos Aires le dan hoy 50 mil millones para 18 mil colectivos” cuando para el interior se aportan nueve mil millones para sostener catorce mil colectivos por mes. “En Buenos Aires pagan 45 pesos y en el interior 120. ¿Por qué tenemos que seguir soportando eso? Es una discusión que tienen que dar nuestros legisladores, nuestros gobernadores, nuestros intendentes. Y no quedarnos callados porque si de lo contrario no llegamos a ningún lado”, cuestionó el empresario.
“Estamos trabajando sin rentabilidad, sin amortización, tratando de buscar alguna alternativa viable. Tampoco nos podemos ir de los servicios. Si no lo prestamos más los trabajadores que dependen de nosotros y las indemnizaciones que tenemos que pagar no nos alcanzan los colectivos, los predios. Deberíamos hipotecar hasta a nuestros nietos”, concluyó sobre la realidad del sector.