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“Su nefasto legado sigue vigente en la política”

El escritor y analista internacional Pablo Bilsky, indagó la huella que dejó el magnate de medios recientemente fallecido, cuatro veces Primer Ministro de Italia y acusado en múltiples causas, quien falleció el lunes a los 86 años de edad

 

El escritor, profesor y analista especializado en política internacional Pablo Bilsky analizó el legado que dejó el empresario, magnate de los medios de comunicación y ex Primer Ministro de Italia, Silvio Berlusconi, quien desde el poder acumuló múltiples causas en su contra y que falleció el lunes a los 86 años de edad.  

“Una de las cosas que me llamaron la atención es que muchos diarios, incluso diarios progresistas, califican de polémico y controvertido a una persona que enfrentó más de treinta causas. Fue condenado en una de ellas. Entre comillas condenado. Condenado a concurrir a un geriátrico y dar charlas. Fue la máxima condena que tuvo esta persona sobre la que pesaban treinta causas desde todo tipo de corrupción hasta prostitución de menores”, planteó Bilsky como una aproximación al personaje en La Marca de la Almohada

Más allá de esa primera mirada, el analista describió a Berlusconi como “hijo de una época, de un contexto social y político que acaso sirva para entender muchas de las cosas que suceden hoy”. 

“Berlusconi supo capitalizar el legítimo descontento de buena parte de la ciudadanía. La legítima indignación con los partidos tradicionales de Italia. No fue el primero ni menos el último. Ese es su nefasto legado que tiene vigencia en la política actual, sobre todo en los políticos de derecha y ultraderecha: el hecho de llegar a la política desde afuera, desde otras actividades y jactarse de no ser políticos pese a hacer política. Montándose en el descredito de la política, se presentan como algo distinto y finalmente terminan siendo más corruptos de lo que ellos criticaban”, planteó sobre su recorrido en el ámbito público que lo llevó a ser cuatro veces Primer Ministro, además de ocupar bancas como diputado, senador y hasta en el Parlamento europeo.

 

 

Bilsky recordó el legado que dejó el magnate con una concentración de medios que lo llevó a poseer “uno de los oligopolios más grandes de Italia y del mundo”. Eso le permitió convertirse en uno de los exponentes más claro de la alianza entre la política y los negocios. 

  “Es uno de los hombres que llegó a estar en la lista de Forbes como uno de los más ricos de Italia y del mundo. Un hombre de los negocios que se apropia del Estado para beneficio propio, para hacer negocios propios y de sus amigos. Forza Italia –el partido que fundó– nace como un plan de negocios para cooptar a la política, a la Justicia. Suena como cosa actual. Comprar jueces, cambiar leyes para zafar de los tantos juicios que tenía. Comprar impunidad. Y tiene imputaciones por corrupción, evasión fiscal, abuso de poder, prostitución de menores. Era dueño de un imperio mediático, dueño del club Milan. Se presentó como un salvador de la patria”, cuestionó el analista. 

  Modelo de la “meritocracia” y del “mito capitalista, del hombre hecho a sí mismo que empezó desde abajo”, Bilsky describió a Berlusconi como un hombre que junto a funcionarios vinculados al rubro de la construcción “saquean al Estado con licitaciones non sanctas”.

  Describió, además, su legado político, que continúa con su partido como una de las tres fuerzas que en la actualidad forman parte del Gobierno de Italia: “Él funda un partido de derecha. Después surgieron en Italia partidos que estaban a la derecha de su partido. Este fenómeno, que no se da solamente en Italia: a partidos de derecha que le salen a competir  partidos de ultraderecha. Una derechización de la sociedad. Berlusconi es un símbolo de muchas de las miserias actuales de la política. De la sociedades, de la debilidad de la democracia. Y llegó a ser condecorado como ‘Cavaliere del lavoro’, caballero del trabajo”. 

Por último, Bilsky realizó una comparación con las épocas del menemismo y el modo de hacer política y negocios. “Hay un espíritu de época. Una forma de hacer política que hoy todavía está vigente. Podrán decir que hoy es peor, pero empezó ahí. Esos personajes mesiánicos, que dicen que no son política y están haciendo política. Que vienen de otros lados, que dicen que van a terminar con la corrupción. Lo estamos viendo en la política Argentina hoy. Hay muchos puntos en común. La referencia de (Carlos) Menem es profunda y para pensar. En cuanto a los modos, el personaje tienen muchos puntos de contacto y este aire de época de que la política se convirtió en un espectáculo”.