Compartió la producción musical de “El amor después del amor” con Diego Olivero. En diálogo con Falso Vivo, dijo que lo sintió como una gran responsabilidad pero con la ventaja de compartir desde hace años el universo artístico de Fito Páez.
Carlos Vandera, quien fue productor musical, guitarrista e integrante de la banda de Páez durante años, estuvo a cargo de la producción musical de la biopic El amor después del amor, junto a Diego Olivero. Con ellos, el equipo de guión hizo una curaduría de las canciones del rosarino que iban a estar en la serie. En paralelo, para elegir los temas que acompañan cada episodio y que son de otros artistas, se hizo un trabajo exhaustivo de revisión de la discografía argentina desde el año 1966 hasta 1993, que es cuando finaliza la serie.
“Nuestro lugar natural es un estudio de grabación no un set de filmación, entonces era un poco intrigante para ver cómo iba a ser”, explicó Vandera en diálogo con Falso Vivo.
Y añadió: “Sentimos una responsabilidad muy grande, son como pequeños tesoros dentro de la música de nuestra historia, sabíamos que no podíamos fallar pero también al ser parte de la banda de Fito y al conocerlo, teníamos bastante información de cómo hacerlo”.
En esa línea, el productor musical planteó como todo un desafío a la dinámica de grabación de la serie, aunque expresó estar muy conforme con el resultado final.
“Los tiempos de la serie son bastantes similares a los del cine y van siempre un poco a contrapelo de la música, porque tenés que armar el escenario, conectar todo, probar el sonido. Los directores y la producción no están acostumbrados a que le quiten ese tiempo. A la gente que filma le interesa cómo se ve, ahí nos dimos cuenta que nosotros éramos parte de un engranaje y que tenía que funcionar muy bien, teníamos que poder hacer que los pibes que elegimos nosotros en el casting toquen la música y que suene bien, real, creíble y que las cámaras puedan captar eso”, contó Vandera.
Y detalló: “Los sets podían empezar a las 3 de la mañana a veces, eso fue un poco exigente para nosotros porque estábamos en medio de una gira con Diego, a veces volvíamos y a las 5 horas ya nos íbamos a un set. Pero fue muy lindo aprender ese proceso de saber que lo que se ve ahora y lo que produjo la serie en la gente es el resultado de una maquinaria grande de muchos equipos que trabajan todo con la misma idea, poniéndole mucho amor, aun cuando era tarde y estábamos cansados, todo para que salga impecable. Ahí nos dimos cuenta que la música es algo muy poderoso”.
Además, el músico recordó: “La primera vez que sonó algo en la serie que fue un ensayo de La Trova Rosarina, en ese momento cuando empezamos a probar sonido y comenzó a sonar la banda se acercaron todos los que estaban en el camión, los que estaban en el catering, todo el mundo fue al set, fue muy hermoso”.