A raíz de un juicio histórico que tuvo por primera vez el foco puesto en los testimonios de sobrevivientes trans y travestis, la columna “Baila Marzia” del programa Falso Vivo dialogó con Fabiana Gutiérrez, una de las sobrevivientes que declararon en el juicio “Brigadas”.
En una jornada emblemática para el proceso de Memoria, Verdad y Justicia, a comienzos de la segunda mitad del mes de abril cinco mujeres trans que fueron víctimas de la última dictadura cívico-militar declararon en el juicio “Brigadas”. Las sobrevivientes Carla Fabiana Gutiérrez, Paola Leonor Alagastino, Julieta González, Analía Mártires Velázquez y Marcela Daniela Viegas Pedro testimoniaron sobre los crímenes específicos que sufrió el colectivo travesti/trans durante el terrorismo de Estado.
En varias oportunidades fueron secuestradas en la calle por las fuerzas de seguridad y llevadas al centro clandestino de detención “Pozo de Banfield”, que funcionaba en las Brigadas de Investigaciones de la Policía Bonaerense en Banfield, en el que convivían presos comunes con las personas desaparecidas. Las cinco declararon que mientras estaban cautivas sufrieron torturas, vejaciones y violaciones.
El programa Falso vivo, en el marco de la columna “Baila Marzia”, dialogó con Fabiana Gutiérrez, una de las sobrevivientes que declaró en el juicio “Brigadas”.
“La justicia no existía. Cuando nos detenían, siendo menores o mayores, éramos llevadas a comisarias clandestinas donde abusaban de nosotras. Siendo trans siempre fuimos el punto débil para ellos porque ellos hacían con nosotras lo que querían”, señaló Gutiérrez.
En esa línea, explicó que el comisario decidía el momento de liberarlas y afirmó que jamás fueron llevadas ante un fiscal.
“Te decían “ya cumpliste, te vas, no te queremos por la zona” y salíamos corriendo ya sean las 4, 5 o 6 de la mañana, porque te largaban a la hora que ellos querían. En ese momento era todo campo, no como ahora”, relató la sobreviviente.
Además, Gutiérrez detalló las múltiples violencias que sufrieron en dicho centro clandestino de detención: “Nos pegaban, nos llevaban a la celda y nos dejaban a cumplir 10, 15 días. Había compañeras mías que han estado dos meses, yo llegué a estar casi un mes detenida en el pozo de Banfield. No nos daban de comer, nos daban las sobras de todo lo que ellos comían. También violaban, cuando ellos tenían ganas nos violentaban, y pegar nos pegaban siempre, cachetazos, patadas, jamás les importó nada, pasamos realmente el peor momento de nuestras vidas en las comisarías, no teníamos ni voz ni votos”, aseveró.