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Médicos jóvenes que trabajan en centros de salud periféricos se quieren ir de Rosario

Es por los episodios de violencia a los que están expuestos en sus tareas cotidianas. El último fue a metros del ubicado en Piamonte al 3100. Desde el gremio médico Amra reclamaron por las condiciones laborales

La disputa por un caballo en barrio Tío Rolo, durante el mediodía de este martes, terminó con un intercambio de disparos justo frente al centro de salud Sargento Cabral. Usuarios y personal de la institución se cubrieron como pudieron, y aunque no se trató, como en otras ocasiones, de un ataque directo, sumó un episodio al ámbito violento en el que se desempeñan los trabajadores. El gremio de los profesionales médicos Amra salió al cruce reclamando por las malas condiciones laborales en los efectores de los barrios periféricos.

“El año pasado tuvimos un récord de licencias sin goce de haberes de gente que no quiere trabajar en esas condiciones. Y también de médicos, sobre todo jóvenes, que plantean irse a trabajar afuera”, describió el cuadro de los profesionales y otros empleados de los centros de salud el secretario Gremial de Amra, Pablo Crispo, en diálogo con Apuntes y Resumen.

Tras el episodio, Amra convocó el día siguiente a una reunión en el Nodo de Salud para exigirle al Gobierno de Santa Fe, del cual depende, que “garantice la paz social, no sólo en los establecimientos sanitarios con mayor presencia policial, sino también en toda la ciudad”. El gremio señaló que, en caso contrario, “se volverá realmente una misión imposible poder brindar un servicio tan básico como la salud en una Rosario que desborda por todos lados y que no garantiza, siquiera, las mínimas condiciones para poder trabajar tranquilos”.

 

Crispo recordó que durante la balacera por una disputa barrial menor, “los trabajadores y los usuarios del servicio estaban desesperados, no sabían qué estaba pasando, sólo escuchaban los tiros, no endendían si eran afuera, si le apuntaban a alguien de adentro”.

Más allá del hecho puntual, se trata de un paisaje hostil con el que conviven a diario. Es que, explicó el dirigente gremial, los centros de salud como el Sargento Cabral, están más expuestos por su ubicación en lugares periféricos, lo que responde a su objetivo de acercar el servicio a los vecinos que no pueden acceder a los hospitales. “Están en zonas con muchas carencias, con necesidades básicas insatisfechas, que parecen abandonadas por el Estado”, describió.

Además, señaló que carecen de las condiciones mínimas para prestar un buen servicio. Como ejemplo, citó que, en el caso del efector de Puente Gallegos, ni siquiera cuentan con acceso a internet, por lo que el personal debe trasladarse hasta el Hospital Provincial para digitalizar los turnos y las historias médicas de los pacientes.

Crispo, a tono con el gremio, reclamó “más presencia del Estado, trabajo social y seguridad para los empleados”. Insistió en que ciertos barrios “son tierra de nadie, o en todo caso territorio de los narcos”.

El referente de los médicos pintó el ambiente tenso en el que deben desempeñarse, por el cual muchos profesionales jóvenes piensan en ejercer en otras geografías: “Todos los días pasa algo. Lo mínimo es que baleen una casa para que se vayan sus habitantes”, ejemplificó sobre una modalidad para instalar puntos de venta de droga al menudeo que ya es un clásico en Rosario.

“Siempre se corre el límite, hasta ahora las situaciones más conflictivas se daban en las guardias de los hospitales”, recalcó sobre el agravamiento del panorama, sobre el que no hay reacción oficial.