El Servicio Meteorológico Nacional agregó dos tonos de gris para representar las máximas que azotan a la región, orientado a aquellas que superaron entre 8°C y 10°C la temperatura máxima media
El cambio climático representó situaciones de fragilidad en todo el mundo. Argentina no es una excepción, debido a que afronta índices récord que no se registraban desde hace años, y peligra así muchas de sus actividades de producción de divisas, tal así como el cultivo.
La sequía es uno de los mayores problemas que se vienen arrastrando hace meses, y los resultados del análisis climatológico son desalentadores, ya que la entidad del Servicio Meteorológico Nacional publicó el “Informe Especial N° 9 por ola de calor/altas temperaturas” en el que informó que debió añadir dos escalas de gris a su mapa de anomalías de temperaturas máximas. El efecto de estos picos, junto a ligeros cambios repentinos y anómalos de días fríos, provocó cambios irreversibles en las cosechas.
En La Marca de la Almohada, habló Néstor Di Leo, Ingeniero agrónomo e integrante del Observatorio de la UNR, quien indicó: “Unos registros térmicos de mínimas y máximas tan grandes se remontan a 60 años hacia atrás”.
En ese sentido sostuvo: “Son marcas bastante fluctuantes, han ocurrido en distintas oportunidades y llevan muchos días”. Y agregó: “La sequía se está definiendo como una situación récord en estos últimos 11 meses”.
Desde un análisis del por qué las temperaturas llegan a este punto, Di Leo opinó: “Concluyo en base a los números que no se debería al modelo productivo, no hay una causalidad directa y también es una zona compleja, no puedo dar certeza ni un desconocimiento de causas específicas”.
Por otro lado, el profesional consideró que se debería “preparar más y mejor” al país para estas situaciones. Y dijo: “Con la tecnología y la prevención de que esto seguirá pasando, hay que estar listos, más aún con sucesos anómalos como el del 18 de febrero, con un frío muy severo que liquidó lo poco de cultivo que quedaba en esta época del año”.
Finalmente, explicó los efectos del proceso meteorológico de los últimos meses y sus resultados devastadores, y señaló: “El daño a los cultivos es el más fuerte desde que se tiene registro, los del verano ya finalizan su ciclo y no tienen oportunidad de recuperarse”.