Luego de la feria judicial, esta semana se retoma el juicio por delitos de lesa humanidad cometidos en el Gran Rosario. La causa continuará este miércoles con una inspección que contará con la presencia de una víctima para identificar el lugar, lo que permitirá al tribunal conocer por sí mismo el espacio nombrado en los testimonios.
El juicio Guerrieri IV entra este miércoles en la segunda mitad del debate que juzga delitos de lesa humanidad, y la actividad retoma con una inspección ocular al centro clandestino de detención “La Calamita”, Granadero Baigorria. Se trata de uno de los centros clandestinos de detención -identificado por gran parte de las víctimas- que fue parte del circuito represivo del Batallón de Inteligencia 121, durante la última dictadura.
En el cuarto tramo de la causa denominada “Guerrieri” -juicio que comenzó en agosto de 2022- se juzgan tormentos, privación ilegal de la libertad, desaparición forzada, homicidios y asociación ilícita (crímenes establecidos en el Código Penal, comprensivos del delito internacional de genocidio), en perjuicio de más de un centenar de víctimas de Rosario, Funes y Granadero Baigorria, durante el terrorismo de estado. De los más de 60 nuevos casos, 54 son por desapariciones forzadas u homicidios. En el banquillo hay 17 acusados entre quienes fueron parte de la patota de inteligencia del Batallón 121 del Ejército y ex policías federales.
“Los jueces van a poder corroborar la materialidad del lugar acompañados por un sobreviviente que expresó que siempre había querido volver a ese lugar y nunca lo había podido hacer”, explicó Nadia Schujman, abogada querellante de HIJOS Rosario, en diálogo con La Marca de la Almohada.
Y añadió: “El hecho de que La Calamita sea un Centro Clandestino no está en discusión, eso ya quedó definido en la causa Guerrieri I. Es para que los jueces puedan conocer el lugar. Ahora para ellos es una abstracción, a partir de la visita van a poder representar alguno de los relatos que escucharon”.
En relación a las víctimas que volverán a “La Calamita”, Schujman manifestó que debe ser una situación “sumamente movilizante” ya que en ese espacio las víctimas pasaron “los momentos más límites de su vida”.
“La calamita está bastante modificada de lo que era, por el relato de sobrevivientes podemos reconstruir como era en aquel momento y el estado en el que está ahora”, señaló.
Además, la querellante destacó la posibilidad de que dicho espacio pueda transformarse en un espacio de memoria, una cuestión que distintos organismos y “Documenta Baigorria”, una agrupación de vecinos y vecinas militantes, reclaman desde hace tanto tiempo.
En cuanto a los acusados, Schujman especificó que tenían roles dentro del Ejército como los integrantes del Batallón 121 y la policía federal y señaló que la mayoría llegan con condenas en otras causas, algunos detenidos con la modalidad de prisión domiciliaria.
Finalmente, la abogada afirmó que, por cómo viene desarrollándose el juicio, podría haber sentencia a mediados de año, pero que es una fecha estimativa ya que está sujeta a la libre voluntad de los jueces. Además, señaló que puede haber una causa Guerrieri V ya que quedan en instrucción algunos casos.