Raúl D’Amelio destacó el trabajo del personal y profesionales de la institución para sostener el espacio, y contrastó con la paralización de las obras de ampliación y readecuación que decidió la actual gestión provincial. Desmintió titulares mediáticos sobre graves consecuencias de las últimas tormentas para el patrimonio cultural
“Decir que están en riesgo cinco mil obras es una exageración. A ninguna obra le pasó nada, y hoy el museo está abierto y funciona normalmente”. Raúl D’Amelio es arquitecto y artista plástico, y está desde 2017 a cargo del museo ubicado en avenida Pellegrini al 2200. Con esas palabras desautorizó titulares periodísticos sobre las consecuencias de las últimas fuertes tormentas en Rosario sobre el patrimonio artístico de la institución. Además, repasó historia reciente sobre obras concursadas y licitadas para ampliar y reacondicionar el histórico edificio que la actual gestión provincial paralizó. Rescató el trabajo de los profesionales y especialistas de la casa y enfatizó la preocupación constante para la protección edilicia y del patrimonio. “El problema es de la política”, resumió.
El Castagnino atesora la segunda colección de obras más importante de un museo público en el país, sólo antecedida por la del Museo Nacional de Bellas Artes. Entre otros trabajos, guarda los de Julio Vanzo. Varias publicaciones editorializaron sobre una situación límite atravesada durante la última gran tormenta en la ciudad, en la que según esas informaciones estuvo a punto de perderse parte de las mismas por filtraciones de agua.
“Como trabajadores de museos tenemos presente siempre el tema de la conservación de las colecciones, no sólo de las obras. Muchos profesionales trabajan con responsabilidad en el Castagnino, y esto es una tradición”, salvó responsabilidades D’Amelio más allá de las críticas a titulares apocalípticos.
El director del museo repasó proyectos que debían ponerse en marcha y se frenaron por decisión del Ejecutivo santafesino. Admitió que el reacondicionamiento del edificio es necesario. Como ejemplo, señaló que el sistema de desagües data de 85 años, y aparte del tiempo transcurrido, se diseñó para un régimen de lluvias promedio diferente al actual. Insistió, con todo, en que el último episodio afectó apenas a un sector, y que en ningún momento corrió riesgo alguna obra.
D’Amelio enfocó hacia afuera eventuales responsabilidades por las malas condiciones edilicias. “En los últimos años, hubo un proyecto de ampliación con un concurso público nacional, se presentaron 75 estudios de arquitectura, y ganó uno de Córdoba. Fue un proceso transparente del que participaron instituciones nacionales, entre ellos varios colegios de arquitectos”, recordó sobre un recorrido iniciado en 2017. Y continuó: “Los trabajos fueron licitados por el gobierno anterior, los sobres se abrieron en un acto dentro del mismo museo, fue elegida una empresa que presentó la oferta más conveniente”.
Tras eso, comenzaron las obras, pero se frenaron por la pandemia y luego por decisión de la Casa Gris, dijoe funcionario. “Acá el problema es político”, sintetizó para despejar aguas respecto del trabajo de técnicos, especialistas y profesionales de la institución.
El gobierno provincial aludido por D’Amelio, tras la repercusión mediática del inconveniente generado por las condiciones extremas del tiempo, prometió reimpulsar los trabajos. “El cuidado del patrimonio es un tema de muy difícil tratamiento sobre todo en los ámbitos políticos, y no sólo a nivel nacional sino latiniamericano”, reflexionó el director del Castagnino al respecto y más aún, incluyó el tema de la pérdida de patrimonio arquitectónico en las grandes ciudades, como Rosario. “Nos hemos ocupado, pero hubo decisiones políticas que cambiaron la ecuación”, insistió sobre responsabilidades